"Estamos muy cansados de que muchos de nuestros clientes decidan acudir a otro establecimiento porque aquí no pueden estacionar sus coches". Así de molestos se mostraban ayer los comerciantes de la Zona Norte, y es que a pesar de que este área de la ciudad ha prosperado notablemente en los últimos tiempos, la falta de aparcamiento se está transformando en un auténtico quebradero de cabeza para ellos.

Por ello, los empresarios que han instalados sus negocios en Palos Blancos han decidido plantear al Ayuntamiento "la construcción de un parking subterráneo en la zona donde se encuentra el bulevar de la avenida Voltaire".

En el caso de que esta propuesta no fuera aceptada "también hemos pensado en la creación de una nueva bolsa de aparcamiento en uno de los dos solares libres que quedan". Una iniciativa que la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) se comprometió en llevar a cabo en diciembre de este años, cuando Pedro Pacheco era el responsable de este área municipal.

No obstante, este problema también a afectado directamente a los nuevos residenciales que se levantan en este distrito.

"La proximidad de nuestras viviendas con un gran hipermercado provoca que sea prácticamente imposible soltar el coche cerca de casa. En más de una ocasión hemos tenido que desplazarnos varias manzanas e incluso ha habido enfrentamientos por las plazas", explica Jesús Palomo, presidente de la asociación de vecinos de Palos Blancos.

Aceras inundadas de vehículos, vados inservibles, pasos de peatones que no son respetados, estacionamientos para minusválidos totalmente ocupados... están minando la paciencia de los residentes de la Zona Norte.

Ante ello, un gran porcentaje se ha visto obligado a agudizar el ingenio, ya que "muchos colocan remolques o motos viejas en los aparcamientos para que cuando lleguen a sus casas puedan estacionar cerca", como comenta Iván, uno de los vecinos de esta parte de la ciudad.

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