Expertos de la Universidad de Bournemouth, en Reino Unido, han llevado a cabo un experimento sobre el lenguaje corporal de los telespectadores.

Realizado sobre 500 individuos, se estudió sus reacciones frente a la tele y con series como 'Orange is the New Black', 'House of Cards' o 'American Horror Story'. Además, se les monitorizó la frecuencia cardiaca, recoge el Daily Mail.

El resultado es seis tipos diferentes de espectador de la televisión

En lugar de sumergirse en la emisión, este individuo siente una gratificación instantánea con la urgencia de ser el primero en comentar un programa en las redes sociales. Este hecho puede ser más placentero incluso que el simple hecho de verlo.

Estos espectadores ven la tele en grupo, permitiendo que sus emociones y pensamientos se sincronicen con los que le rodean. Quieren compartir su disfrute con otras personas presentes, se sienten más seguros acompañados. Cuando el programa es un concurso, pueden incluso crear el mismo efecto que ante una retransmisión deportiva. Su satisfacción no se limita, además, a ver el programa, sino que se extiende después cuando lo comenta con esas personas que le acompañaban.

Este telespectador es activo, no pasivo. Son capaces de imitar las actitudes y los estados de ánimo de los personajes que ve en televisión. Buscan en la tele una manera de evadirse. Cuando se trata de programas de ficción, dejan a un lado que lo que ven no es real y empatizan totalmente con el contenido. Son las personas que suelen llorar o gritar viendo la tele.

Disfrutan con la sensación de seguridad que tienen al organizar su vida en torno a la televisión. El riesgo es que su comportamiento puede llegar a ser obsesivo, con ataques de pánico si se pierden un capítulo de su serie favorita o su concurso preferido. Disfrutan desconectando de su vida real para ver su programa favorito.

Este tipo, antes exclusivo de los espectadores de programas deportivos, define a aquella persona incapaz de mantenerse quieta frente al televisor. La subida de adrenalina que sufren les hace perder el sentido de la ubicación y por eso no se quedan quietos en el sofá. Los 'talent-shows' se han unido a las retransmisiones deportivas a la hora de generar estos efectos.

Es lo contrario al 'showman'. Es pasivo, y su respuesta anímica a lo que ve es reprimida. Ven la tele en silencio y casi sin moverse. Puede deberse a la vergüenza por mostrar sus sentimientos, como por ejemplo, emocionarse o tener miedo.