El Ayuntamiento de Burgos ha programado una serie de jornadas de puertas abiertas para visitar el nuevo aspecto de las ruinas de la iglesia del Monasterio de San Juan tras la construcción de una cubierta de cristal, madera y acero, que ha contado con un presupuesto de 1,5 millones de euros.

Así lo ha avanzado este jueves el aclade de la ciudad, Javier Lacalle, quien ha explicado que los burgaleses y turistas podrán visitar el nuevo aspecto del emblemático edificio hasta mediados de febrero, cuando además se pondrán en marcha quince visitas guiadas a cargo de la compañía Ronco Teatro.

Lacalle, acompañado del subdelegado del Gobierno en Burgos, José María Arribas, ha visitado el resultado de las obras y ha recordado que este nuevo espacio cubierto dispondrá de una programación propia que se desarrollará de primavera a otoño.

La cubierta construida sobre las ruinas de la iglesia del Monasterio de San Juan protege un espacio de 1.300 metros cuadrados de las inclemencias meteorológicas, al haberse proyectado de modo exento y sobrevar ligeramente los muros perimetrales del antiguo templo.

Sin embargo, no se trata de un espacio cerrado, ni climatizado, puesto que la cubierta se ha construido con una visible separación entre los muros y el entramado de acero, madera y cristal, lo que permite la libre y completa circulación de ventilación del espacio.

La cubierta

La cubierta está formada por una serie de planos plegados que van adaptándose a las diferentes zonas, solapándose entre sí y variando de altura, de tal modo que se acomodan a las características originales del inmueble.

El cerramiento, con el fin de afectar lo menos posible a los restos arqueológicos existentes, se sustenta sobre los muros perimetrales de la antigua iglesia, así como en seis pilares centrales que, por necesidades estructurales, se apoyan directamente sobre el suelo de las ruinas del templo.

En el proyecto se ha tenido en cuenta la percepción de la cubierta desde la perspectiva que el monasterio ofrece desde la Plaza de San Juan, por lo que en la fachada principal se ha minimizado su visibilidad.

Con esta actuación, se mantiene el acceso a las ruinas situado bajo la torre del monasterio, mientras que la entrada al resto del edificio se realiza por una puerta contigua de la fachada principal y se han abierto dos nuevos accesos de evacuación, ya existentes en el pasado.