El agua de lluvia ya no irá al mar

Un depósito con la capacidad de siete piscinas la llevará a la Albufera. Ramas de árboles, plásticos y desperdicios de todo tipo que arrastraban las lluvias torrenciales terminaban en el mar hasta ahora. Sin embargo, en un plazo de diez meses, estas aguas serán reutilizadas y servirán para regenerar la Albufera y para el riego agrícola.

Un enorme depósito de tormentas con una capacidad equivalente a siete piscinas olímpicas permitirá recoger el agua de las lluvias del Distrito Marítimo para evitar que se viertan directamente al mar.

El depósito irá enterrado en un tramo entre el paseo de Neptuno y Eugenia Viñes  y bombeará las primeras aguas recibidas de las lluvias, que son las que arrastran toda la suciedad, hasta la depuradora de Pinedo. Desde allí, se reutilizará para regenerar la Albufera, según informó ayer la concejala del Ciclo Integral del Agua, María Ángeles Ramón-Llin.

Si se llegara a cubrir la capacidad de la cuba, los excedentes irían a parar al mar, aunque serían aguas sin los residuos ni desperdicios que arrastran los primeros litros de lluvia recogidos. Las obras de este depósito comenzarán en septiembre y tienen un plazo de duración de diez meses.
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