Más de 10.000 personas han visitado hasta el momento en Valladolid la muestra 'Berenice Abbott. Topografías'

Más de 10.000 personas han visitado en Valladolid hasta el momento la exposición 'Berenice Abbott. Topografías', que se presenta hasta el 10 de enero en la Sala Municipal de Exposiciones de San Benito y que presenta cerca de un centenar de obras de esta gran maestra de la fotografía.
Imagen de la exposición
Imagen de la exposición
FMC
Imagen de la exposición

Más de 10.000 personas han visitado en Valladolid hasta el momento la exposición 'Berenice Abbott. Topografías', que se presenta hasta el 10 de enero en la Sala Municipal de Exposiciones de San Benito y que presenta cerca de un centenar de obras de esta gran maestra de la fotografía.

Valladolid muestra por primera vez en Europa esta obra única, que viajará posteriormente por el resto de Europa y el mundo, según informan fuentes de la Fundación Municipal de Cultura.

Berenice Abbott (1898, Springfield, Ohio-1991 Maine) no pensó nunca dedicarse a la fotografía. Sus estudios fueron inicialmente la escultura y el dibujo, para lo que se desplazó a Berlín y París en 1920.

Trabajó como asistente de laboratorio del fotógrafo surrealista Man Ray, que ejerció gran influencia sobre ella. En su primera etapa se dedicó al retrato de personalidades célebres, llegando a realizar exposiciones individuales en galerías de renombre en París, cuestión importante teniendo en cuenta su condición de mujer.

De la mano de Man Ray conoció a Eugène Atget, que le transmitió sus formas de hacer en fotografía documental, ya que establecieron una estrecha colaboración hasta la muerte de Atget en 1927. Consiguió adquirir gran parte de su archivo, que custodió y empleó hasta cederlo en 1968 al Museo de Arte Moderno de Nueva York.

A su regreso a Nueva York, en 1929, Abbott se implicó en un nuevo proyecto de carácter más documental tras darse cuenta de los cambios urbanísticos que había sufrido Nueva York durante su estancia en Europa, inspirada por las imágenes de Atget y de su voluntad de "captar el París que va desapareciendo". Abbott se mostraba especialmente interesada en los cambios físicos que estaba experimentando la ciudad de Nueva York, donde los viejos edificios bajos del siglo XIX estaban siendo sustituidos por rascacielos.

Inició así una serie de fotografías que llamará "una interpretación documental" de la ciudad, como parte de un proyecto de la administración federal llevado a cabo durante los años treinta.

En 1939, publicó esta serie de fotografías en un libro titulado Changing New York. Es en esta obra fundamental donde Abbott asienta los preceptos de su escritura fotográfica caracterizada por una visión moderna y compleja del documento fotográfico.

Utiliza la yuxtaposición de la luz y la sombra, de lo estático y del movimiento, haciendo convivir múltiples temporalidades urbanísticas en cada una de sus imágenes. La fotografía adquiere y asciende a un nuevo estatus, el de transformar cualidades formales en cualidades conceptuales. "La fotografía nunca madurará si se dedica a imitar a otras artes—dijo Abbott—, tiene que lanzarse a andar sola, a ser ella misma".

En los años cuarenta, Abbott se convirtió en editora fotográfica del Science Illustrated, actividad que mantuvo hasta los años sesenta, ampliando sus temas fotográficos a imágenes científicas. Consideró estas fotografías, realizadas en estudio, como las más realistas de su obra. Su intención era la de fotografiar lo invisible de los fenómenos científicos, siempre con la preocupación de divulgar al gran público "lo más apasionante de nuestro mundo actual".

En 1966 se mudó a Maine, tras el fallecimiento de su compañera Elizabeth McCausland, con quien compartió su vida durante más de treinta años. Prosiguió su labor como fotógrafa de temas científicos, enfocando el mundo que le rodeaba de forma tan metódica como había hecho anteriormente con sus retratos y sus imágenes de Nueva York, hasta su muerte, en 1991.

Apartados de la exposición

La exposición se divide en tres apartados, uno de ellos dedicado a retratos, los que Berenice Abbott tomó en París tanto por consideraciones artísticas como comerciales.

Artistas, escritores, personalidades de la cultura francesa, y expatriados americanos pasaron por su estudio: Marie Laurencin, André Gide, Jean Cocteau, Eugène Atget, James Joyce, Foujita, Noguchi entre otros. Su éxito fue inmediato, y en el plazo de dos años pudo tener su propio estudio, con la ayuda de Peggy Guggenheim y sus primeras exposiciones en galerías, con la que adquirió el reconocimiento del público y de la crítica.

Sin embargo, Changing New York fue sin duda el proyecto fotográfico de más envergadura de la carrera fotográfica de Berenice Abbott. Documentó los cambios urbanísticos e arquitectónicos de la ciudad de Nueva York entre 1929 y 1939.

Influenciada por la obra de Eugène Atget que documentó de la misma manera los cambios de un París de finales del siglo XIX que estaba desapareciendo, Berenice Abbott revolucionó la concepción del documento fotográfico, y participo a inscribir la fotografía como un medio de expresión moderno e independiente.

El tercer apartado de la muestra se circunscribe a la ciencia. Convencida de que los fenómenos científicos eran temas artísticos y además sintomáticos de la era de la modernidad, la autora se propuso demostrar que la fotografía constituía el medio más cualificado para unificar el arte y la ciencia.

Su intención era hacer visible lo invisible, hacer tangible la "transustanciación" de la materia, de la luz, y del movimiento. Ilustrará los principales descubrimientos de la física del siglo XX— La relatividad y la mecánica cuántica—.

Trabajó durante dos décadas, entre 1940 y 1960 sin apenas apoyos ni atenciones externas, hasta que finalmente, en 1958, sus investigaciones fueron reconocidas por el Physical Science Study Committee. Este último gran proyecto participa del mismo realismo fotográfico que desarrolló a lo largo de toda su trayectoria.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento