«Mi padre jamás se fugaría porque somos su vida». Así se manifestó Verónica, la menor de los tres hijos del anestesista Juan Maeso, condenado a 1.933 años de prisión por el contagio de hepatitis C a 275 pacientes.
Todos comparecieron en público para proclamar la inocencia de su padre. Entre sus argumentos, destacaron que el juzgado desestimó investigar 400 denuncias de contagios con el mismo tipo de hepatitis.
El abogado de Maeso, Francisco Davó, explicó que «estas denuncias estaban mezcladas con las del resto de afectados, pero eran de pacientes de otros hospitales en los que Maeso no trabajó. Habría que preguntar por qué no se investigaron».
Además, aseguraron que su padre nunca anestesió ni tuvo contacto con 45 de los 275 contagiados. Para ellos, todo esto demuestra que el juicio fue «una farsa. Lo único que se pretendía era encontrar rápidamente un culpable, sin importar la falta de pruebas».
Los tres hijos del anestesista Juan Maeso han declarado la inocencia de su padre, y han acusado al tribunal que lo juzgó de "ceder" ante la condena social y de no atreverse a "absolverle".
Todos pidieron la libertad de su padre por "falta de pruebas condenatorias" y que su ingreso en prisión por riesgo de fuga es una "excusa" para justificar que se cumpla la sentencia "por anticipado".
Además, la familia del condenado aseguró que su padre "no se fugaría nunca", y que las 1.000 personas que firmaron el documento adjunto al recurso de súplica que presentó el abogado de Maeso para que le liberaran también eran conscientes de su solidez "profesional, social y familiar".
Una de sus hijas afirmó además que las pruebas de tóxicos de su padre fueron todas "negativas", y que no había rastro de drogas ni pinchazos en el cuerpo de su padre.
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