La Asociación de Artistas Flamencos (AAF) y la Confederación Andaluza de Peñas Flamencas han señalado ese lunes, Día Internacional del Flamenco, que la incorporación de este arte hace cinco años a la lista de manifestaciones culturales que forman parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad "no ha tenido una repercusión directa" sobre los profesionales del sector y a nivel de las peñas "se ha notado poco".

Así, la presidenta de la AAF, Asunción Demartos, ha señalado en declaraciones a Europa Press que este reconocimiento "no ha supuesto nada" y dicen sentirse "cada vez más decepcionados" porque la situación "ha variado muy poquito para los artistas", ya que a nivel general "no ha habido una repercusión directora con un mayor fomento del flamenco o una mayor inversión hacia el sector para que se desarrolle mejor".

"La ciudad no vive el flamenco, las escuelas no crecen, por lo que en realidad este reconocimiento no sirve para fomentar el flamenco en nuestra tierra", asegura Demartos, que agrega que esto ocurre pese al éxito del que disfruta a nivel internacional. "Se necesita mucha lucha para conseguir cualquier cosa y todo el esfuerzo siempre es muy personal", añade la presidenta de la AAF.

Por su parte, Antonio Calle, presidente de la Confederación de Peñas destaca en declaraciones a Europa Press que fue un "logro" conseguir el reconocimiento a nivel mundial del flamenco, pero, matiza, "para la evolución de las peñas no ha representado algo muy significativo" y el apoyo económico por parte de las instituciones "sigue siendo el mismo" y el funcionamiento también.

"Las personas del flamenco de base son las que han sostenido el flamenco, porque en las peñas es donde nacen los artistas, donde se mantiene el patrimonio, pero la ayuda por parte de la Administración es muy poca", asegura Calle, que afirma que "dentro de nuestra cultura flamenca hay personas, que la cultura no queda ahí expuesta y nada más".

En este sentido, señala que "las personas tienen que comer todos los días, tienen que desarrollar su actividad y tienen que tener un mínimo de dignidad económica", y asegura que excepto "a cuatro artista de élite" que tienen un reconocimiento, "el grupo mayor de artistas del flamenco lo está pasando muy mal".