El árbitro de fútbol que ha denunciado ante la Policía Nacional haber sido agredido al finalizar un partido que se disputó el pasado fin de semana en el barrio almeriense de El Alquián ha manifestado que el episodio le ha "afectado más a nivel psicológico que físico", toda vez que ha rechazado la violencia en el terreno de juego y ha dicho que espera una "sanción ejemplar" por parte de la Federación.

En declaraciones a Europa Press, el afectado ha explicado que es la primera vez que es víctima de una agresión en sus 13 años como árbitro, ya que hasta el momento no había tenido ningún problema ni con jugadores ni con familiares o aficionados.

Así, ha lamentado el episodio, de forma que espera que el presunto agresor, uno de los jugadores C.D. Español del Alquián, sea duramente amonestado. Según el relato del árbitro, el futbolista le dio dos puñetazos una vez finalizado el partido en presencia de su padre, quien interceptó al colegiado antes de que éste pudiera llegar a los vestuarios para increparle.

De esta forma, ha apuntado que a consecuencia de los golpes pasó la tarde del lunes ingresado en el hospital bajo la sospecha de que el golpe le había fracturado la mandíbula, aunque finalmente solo sufrió una contusión de la que aún se recupera junto a otro golpe en la mejilla.

Con esto, ha aclarado que en su caso, ha recibido el apoyo del Comité de Árbitros Andaluz, desde donde fue telefoneado para comprobar su estado y trasladarle un mensaje de ánimo.

La agresión se produjo tras un partido de categoría segunda juvenil andaluza disputado este fin de semana entre el C.D. Español del Alquián y Cuevas F.C., en el que el colegiado expulsó al supuesto agresor al sacarle su segunda tarjeta amarilla casi al final del partido, que quedó en un empate a 3-3.

Según el acta, fue en el minuto 89 cuando el jugador número 5 del C.D. Español del Alquián fue expulsado por una doble amarilla, si bien en ese momento se dirigió hacia el árbitro al que le dijo: "Eres malísimo, hijo de puta, me cago en tus muertos, cabrón, te tengo que matar".

Así, al fin del encuentro el colegiado se dirigió hacia el vestuario, que "no estaba separado del público con vallado", donde el padre del jugador también lo amenazó con que le iba a "cortar la cabeza" justo antes de que el joven se abalanzara sobre él y le propinara dos puñetazos en la boca y en el pómulo, según la versión del acta.

Igualmente, el hermano del supuesto agresor que jugaba con el número 9 en el mismo equipo también se habría abalanzado sobre él con la intención de darle varios puñetazos, aunque no llegaron a impactar, al tiempo que lo amenazaba e insultaba mientras era sujetado por varios compañeros.

El mismo relato apunta que un grupo de personas lo introdujeron en el vestuario antes de que fuera trasladado a un hospital para evaluar sus lesiones, sobre todo en la mandíbula, que finalmente no sufrió daños que requirieran una intervención quirúrgica aunque sí atención facultativa por contusiones y hematomas.