El delegado del Gobierno en Melilla, José Fernández Chacón, defendió hoy la labor policial tras las críticas por haberse permitido la entrada de Marruecos a Melilla a un hombre, Salhi Ahmed, que estaba expulsado del territorio nacional y consiguió acceder a la ciudad española para matar a su esposa, Aicha Aberkan, el pasado martes de varias puñaladas.

En declaraciones a los periodistas, Fernández Chacón subrayó que existe una coordinación entre las fuerzas de seguridad marroquíes y españolas, pero destacó que por la frontera pasan diariamente 40.000 personas, de las cuales 15.000 utilizan el pasaporte.

"Este hombre tenía una vestimenta normal y el pasaporte en regla", dijo el delegado, quien atribuyó a la confusión de la frontera una de las posibles causas por las que entró el asesino en Melilla a pesar de tener una orden de expulsión.

Fernández Chacón destacó que este ciudadano marroquí fue expulsado a Marruecos el pasado 9 de junio, el mismo día en que finalizaba su condena de dos años en la prisión de Melilla, y no en la de Salamanca como se dijo en un primer momento, por maltratar a su esposa.

Además de la orden de expulsión y de la prohibición de entrar en España, este individuo también tenía una orden de alejamiento que le impedía acercarse a Aicha Aberkan.

En el registro policial, el detenido figuraba con el nombre de Hamed Amarouch Mohamed, una identidad que no se correspondía con la que aparecía en el pasaporte que el asesino se hizo en Marruecos, a primeros de julio, días antes de asesinar a su esposa.

El delegado señaló que en Marruecos, a la hora de realizar documentos oficiales, se utiliza el patronímico, en el caso del detenido era Salhi Ahmed, mientras que en el registro policial figuraba el nombre y los apellidos del padre y del abuelo del detenido.

Lo único coincidente entre el pasaporte del detenido y el registro policial eran, según el delegado, "las huellas dactilares".

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