Las altas temperaturas registradas estos días tienen consecuencias más allá de las lógicas molestias que ocasionan. Al calor, que a veces llega a ser asfixiante, se le une ahora la contaminación atmosférica. La consejera de Medio Ambiente, Fuensanta Coves, alertó ayer de los riesgos para los cordobeses por los altos niveles de contaminación del aire por ozono, que se están produciendo en Córdoba y Sevilla desde el miércoles.

El calor y la polución son los motivos del incremento del ozono, un gas que resulta muy perjudicial para la salud humana en concentraciones elevadas, como las que se están registrando en las últimas jornadas.

El insoportable calor también ha provocado que el Instituto Nacional de Meteorología (INM) haya declarado en Córdoba la alerta naranja, el segundo nivel de riesgo más elevado de todos los que se pueden fijar.

Se considera que la concentración de ozono es peligrosa cuando hay 180 microgramos por metro cúbico. En ese caso, es recomendable resguardarse del sol en las horas centrales del día, sobre todos los niños, mayores y personas con problemas respiratorios. También se deben evitar los esfuerzos físicos continuados, debido al peligro de sufrir un desvanecimiento.