Tenía nueve años cuando le operaron de la vesícula y hoy, cuatro años después, D. A. G., el hijo de Francisco Álvarez y Sara González, presenta una incapacidad permanente y afecciones hepáticas graves que podrían requerir un trasplante.Ayer, un juzgado de Madrid condenó al hospital donde se efectúo la operación, la clínica privada La Milagrosa, y al médico responsable que la llevó a cabo, Ricardo Díez, a pagar a la familia 395.728 euros por las lesiones provocadas.
Según explicaron los padres, el pequeño fue dado de alta a pesar de presentar fiebre y tener el abdomen hinchado. Ante su empeoramiento, el facultativo le recetó paracetamol.
Una semana después volvió a ser ingresado para ser operado de peritonitis. El niño tenía perforada la vía biliar desde la primera intervención.
La sentencia indica que tanto el médico como la clínica no prestaron la debida atención al paciente.
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