El Juzgado de lo Penal número 3 de Córdoba ha dictado una sentencia por la que condena a penas de 18 meses de prisión y tres años y medio de orden de alejamiento a un hombre, por amenazar a su expareja después de salir de la cárcel, en la que había estado 15 años por intentar matarla en varias ocasiones y agredirla sexualmente, además de estar condenado por quebrantamiento de medida cautelar.

Según recoge la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, el procesado once días después de cumplir la condena, el 25 de julio de 2014, acudió a las inmediaciones del domicilio de los padres de ella, lugar que le constaba como su casa cuando fueron pareja, en la capital cordobesa.

De este modo, en la resolución, adelantada por 'Diario Córdoba', se detalla que el hombre permaneció sentado en un poyete frente al balcón del inmueble durante bastante rato, al tiempo que portaba en sus manos un objeto metálico, que "parecía una navaja", mientras pasaba sus dedos sobre el mismo sin apartar la mirada del balcón, de manera que fue visto por la mujer, que sintió "temor".

Además, al día siguiente, el acusado permaneció "un largo tiempo" asomado a través de las rejas que daban a la piscina del inmueble, manteniendo una "mirada desafiante y amenazante" hacia la mujer, quien "presa del pánico" dejó de mirar, según relata el juez.

Al abandonar la piscina la víctima y sus familiares, el varón se sentó en un banco frente al balcón del domicilio de los padres, mirando hacia las ventanas. Este comportamiento "generó el lógico temor" en la mujer, "precisamente por haber sido víctima de los delitos de homicidio en grado de tentativa, agresión sexual y quebrantamiento de medida cautelar, por los que el acusado había sido condenado y había estado ingresado en prisión 15 años", se precisa en la sentencia.

Ante ello, el magistrado considera que los nuevos hechos son constitutivos de dos delitos de amenazas en el ámbito de la violencia de género y le impone penas de once y siete meses de prisión y dos años y un año y siete meses de prohibición de acercarse a la víctima, respectivamente por cada uno de los delitos.