El Museo de Arte Contemporáneo Patio Herreriano de Valladolid prestará la obra 'Construcción en planos superpuestos', de Joaquín Torres-García, al MOMA de Nueva York con motivo de la gran exposición retrospectiva que, bajo el título 'The Arcadian Modern', dedica al artista.

'Construcción en planos superpuestos', integrada en la colección del Museo junto a otras tres piezas del autor, ha viajado hasta la ciudad de Nueva York para su exhibición en el MOMA que, desde el 25 de octubre y hasta el 15 de febrero de 2016, presenta una gran exposición antológica dedicada al artista uruguayo` Joaquín Torres-García.

Comisariada por Luis Pérez-Oramas, conservador de Arte de Latinoamérica del Museo de Arte Moderno, la muestra recorre su producción artística desde sus primeras creaciones, en Barcelona a finales del siglo XIX, hasta sus últimas obras, realizadas en Montevideo en 1949; asimismo, incluye dibujos, pinturas, objetos, esculturas, cuadernos y publicaciones.

"Esta retrospectiva monográfica combina en su planteamiento un enfoque temático, además de cronológico, abarcando toda la obra del artista, haciendo especial hincapié en dos momentos claves de su producción: el período entre 1923 y 1933, cuando Torres-García estuvo en Europa participando en el desarrollo de las primeras vanguardias modernas; y entre 1935 y 1943, cuando, a su regreso a Uruguay, se produjo uno de los ejemplos más llamativos de la abstracción sintética", destacan las mismas fuentes.

De hecho la pieza del Museo Patio Herreriano de Valladolid que se ha prestado al Museo de Arte Moderno de Nueva York es 'Construcción en planos superpuestos' (1932), una de las construcciones en madera policromada que realizó el artista uruguayo durante su estancia en París, ciudad donde se había instalado en 1926.

En 1930 Torres-García fue miembro fundador de "Cercle et Carré", grupo surgido entonces que aglutinó a representantes de varias tendencias constructivas y racionalistas en contraposición al movimiento surrealista.

BIOGRAFÍA

Joaquín Torres-García nació en Montevideo (Uruguay) en 1874 y diversas circunstancias económicas determinaron que la familia se trasladara a España en 1891, donde se instalaron en Mataró, ciudad natal de su padre. Se matriculó en la Escuela de La Lonja de Barcelona, donde conoció a Mir, Nonell y Sunyer.

Socio del Cercle Artístic de Sant Lluc, frecuentaba la tertulia de Els Quatre Gats y entabló amistad con Manolo Hugué y Julio González, junto a los cuales constituirá un representativo sector del noucentismo catalán, propugnado por Eugenio d'Ors. En 1898 vivió un tiempo en Madrid y se dedicó a la ilustración de libros y a la enseñanza del dibujo.

Hacia 1900 empezó a pintar al óleo jardines y paisajes de carácter misterioso y melancólico para evolucionar luego hacia un clasicismo noucentista que le ocupará varios años. Desde 1908 realizó pintura mural y en 1917 su obra sufrió un cambio significativo: abandona el clasicismo, abriéndose a la actualidad pictórica en consonancia con los teóricos del futurismo que conoce a través su compatriota uruguayo Rafael Barradas, también residente en Barcelona.

De 1920 a 1922 vivió en Nueva York, donde afianzó su conocimiento del futurismo, aunque su obra no fue entendida. A su regreso a Europa se instaló en Italia, donde recuperó el sentido clasicista de la forma y la técnica del fresco. En 1926 está en París, donde realizó sus primeras obras constructivistas, entrando en contacto con Theo van Doesburg en 1928. También París le proporcionó un mayor conocimiento del arte del África negra y de la América Precolombina.

Asimismo, empezó a desarrollar su concepto de arte constructivo y entró en contacto con Picasso, Mondrian y Ozenfant, siendo en 1930 fundador, con Marcel Seuphor, del grupo y la revista Cercle et Carré. Sus pinturas y construcciones en madera se estructuran claramente en zonas geométricamente definidas y son tratadas con una gama de colores terrosos y negros muy característica de Torres-García. Sobre el color se despliegan grafismos y personajes esquemáticos.

En 1932 volvió a España por problemas económicos y vivió en Madrid. Intentó sin éxito la creación de una Escuela y un Museo de Arte Constructivo. En 1934 regresa a Montevideo, donde creó la Asociación de Arte Constructivo en 1935 y en 1936 la revista Círculo Cuadrado, así como el Taller Torres-García en 1943. En aquella ciudad muere en Montevideo.