El proyecto Life Greentic, liderado por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, a través de la Fundación Patrimonio Natural, ha presentado la 'Guía de buenas prácticas ambientales para el usuario de las TIC', para contribuir a la "reducción de los consumos de energía y recursos naturales" en el uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC).

Una de las actuaciones previstas en este proyecto consiste en la elaboración de esta guía de buenas prácticas que también busca la reducción de la huella ecológica de las TIC, y especialmente de la huella de carbono, según ha informado la Junta en un comunicado recogido por Europa Press.

El objetivo es que los usuarios de las TIC puedan hacer un uso "más responsable" de los diferentes equipos "desde un punto de vista medioambiental".

La guía recoge recomendaciones para que los usuarios de las TIC hagan un uso "más inteligente y responsable" de los distintos equipos y dispositivos, para así reducir su consumo de energía, y "prolongar la vida útil de los mismos" y, en consecuencia, "reducir su huella de carbono".

Estas "buenas prácticas" se han identificado después de realizar diferentes trabajos previos que han permitido su elaboración. La guía se estructura los bloques 'Ordenadores y monitores'; 'Smartphone, tablet y similares'; 'Gestión de información y correo electrónico', y 'Equipos de impresión e imagen'.

Todas las recomendaciones han sido sometidas a consulta pública y se han incorporado las recomendaciones de los usuarios TIC. A lo largo de estas 60 propuestas, los usuarios podrán aplicar las recomendaciones, que se realizan de un modo "eminentemente práctico", y ver la explicación que se da a cada una de las propuestas, para contribuir al cuidado del medio ambiente.

El proyecto Life Greentic, cuya coordinación corre a cargo de la Fundación Patrimonio Natural y tiene como socios beneficiarios al Ayuntamiento de Logroño y al Grupo Fundación San Valero (Zaragoza), comenzó en el año 2013 y su duración es de tres años. Además, cuenta con un presupuesto de 1.455,240 euros, de los que la Unión Europea financia en un 49,96 por ciento.

Durante todo este tiempo, su "objetivo principal" ha sido el de demostrar y cuantificar el "gran potencial" de las TIC para "reducir las emisiones de CO2 en el planeta", con la reducción de su propia huella de carbono para promover un "mejor y más inteligente uso de las TIC", así como con la contribución de estas tecnologías para conseguir "mejores servicios medioambientales".

La huella de carbono de las TIC se debe al "consumo de energía necesario para su funcionamiento", pero también en "todo su ciclo de vida", desde la fase de fabricación de equipos y dispositivos, hasta su gestión como residuos.

Por el contrario, las TIC pueden contribuir también a desarrollar "servicios importantes para una mejor gestión y gobernanza medioambientales", por ejemplo en la gestión de los transportes y la energía, en los procesos industriales, o en la gestión de los edificios y las ciudades.