¿Encuentra muchas diferencias entre el público español y el anglosajón?

El español es mucho más expresivo. La gente en Inglaterra aplaude y canta, pero en España la gente responde de manera automática a lo que ocurre en el escenario.

¿Cuál es el secreto para seducir a Prince o a Bono?

No lo sé (risas). Con Bono participo en una campaña humanitaria, mientras que a Prince le conocí en una fiesta. Canté con él, pero no sé cuál es el secreto. Estoy contenta de haberlos conocido.

Defina a Natasha Bedingfield en tres palabras.

Apasionada, reflexiva y loca. Bueno, mejor aventurera, no loca.

Sí, porque reflexiva y loca no encajan muy bien...

Es verdad. Es complicado ser yo, porque tengo que vivir mi vida en ámbitos muy diferentes.

Habla mucho del amor en sus canciones. ¿Ha experimentado todo lo que canta?

La mayor parte sí, otras son pensamientos e ideas; por ejemplo, hay una canción que dice «quiero tener hijos contigo», pero yo no quiero tener hijos ahora.

¿Cuál es la mayor locura que ha hecho por amor?

Una factura de teléfono gigantesca: estaba de gira y en un mes me gasté más de 2.000 libras (casi 3.000 euros). ¡Podría comprar dos ordenadores con eso!

¿Por qué ese interés en las causas humanitarias?

Mis padres trabajan en una organización humanitaria para niños llamada Global Angel. Crecí con ello, sabiendo que hay más gente en el mundo que pasa hambre que los que tienen algo de comer. Siempre quise hacer algo para ayudar.

Bio

Nació en Londres en 1981. Debutó en 2004, pero su tema estrella, Unwritten, ha tardado tres años en hacerse famoso en España.