Teloneada por Caléxico , que cantaron temas de su último disco justo antes de partir rumbo a Festival de Benicàssim , anoche actuó Lila Downs en el Auditorio del Parque Torres y lo levantó por completo. Las piezas de su disco Una Sangre, y muchas otras revisiones de canciones tradicionales como La cucaracha, Paloma negra, o La iguana convencieron a un auditorio cada vez más entregado a la voz y baile de Lila que llegó a estar acompañada por una banda de mariachis.

Amparo Sánchez, líder de Amparanoia , también contribuyó a ello porque si la presencia de la mexicana ya caló de por sí entre el público, este se entusiasmó cuando se unió la voz de Amparo, en varias ocasiones, a mitad del concierto y sobre todo al final, cuando volvieron a salir a petición del público.

No era la primera vez: ambas se conocían y habían cantado juntas otras veces. La pasión de Amparo Sánchez por México se ha hecho notar desde que la cantante descubriera Chiapas hace unos años y desde entonces ha estado implicada en la lucha zapatista; incluso le ha dedicado el disco Somos Viento, convertido este año en un documental del mismo nombre, donde Amparo recorre la región mexicana y examina su cultura. De ahí su relación con México, su amistad con Caléxico, y su complicidad con la voz de Lila Downs que inauguró el festival La Mar de Músicas y dejó pequeño el Auditorio del Parque Torres, llegando a colgar el cartel de no hay entradas.

Como colofón, la noche se cerró con una sesión electrónica de la mano de Shock Bukära, banda que representa el llamado acid cabaret y que sintetiza los sonidos del arrabal, una especie de barrio rojo mexicano, con la influencia del tecno-house y otras tendencias.

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