Sufre agorafobia, un trastorno de ansiedad asociado con ataques de pánico. «El día que me casé no invité a nadie a la iglesia», cuenta como anécdota este enfermo que ha sufrido mareos, vértigos y hasta miedo a cruzar la calle, síntomas «casi incomprensibles» de una enfermedad angustiosa, dice otra enferma a la que le han concedido la invalidez laboral.
Diez sevillanos como ellos han plantado cara a esta patología creando la única asociación sevillana de agorafobia. «Cuando mejor nos sentimos es apoyándonos», dice otra afectada. Su objetivo: escucharse, formarse (cursos) y contar con un psiquiatra y psicológico. «Estamos empezando y buscamos financiación. Nos reunimos sólo dos horas a la semana», explica el presidente que, recuerda, «buscamos voluntarios».