El Govern ha anunciado este viernes que el futuro impuesto turístico, que tiene previsto poner en marcha a partir de 2016, también lo pagarán los residentes de las Islas Baleares, y se aplicará a todos los clientes de los establecimientos turísticos.

Así lo ha señalado en rueda de prensa el portavoz del Ejecutivo autonómico, Marc Pons, quien ha precisado que esta decisión responde a la necesidad de aplicar la legislación europea "a todos por igual, sin hacer discriminaciones por el origen o procedencia de los ciudadanos", por lo que el impuesto lo pagarán todos los usuarios que se alojen en establecimientos turísticos de las Islas, tanto visitantes como residentes.

Con todo, el representante del Govern ha recalcado que "cualquier impuesto es de obligado cumplimiento", y ha insistido que "no se pueden hacer distinciones por cuestiones de origen".

En este sentido, se ha referido a "las experiencias que tienen de otros lugares", donde también están en vigor impuestos sobre estancias turísticas; como es el caso de Barcelona, Venecia o París, y que, según ha dicho Pons, "no hacen distinciones por cuestiones de origen a la hora de aplicarlo".

Preguntado acerca del cambio producido tras las primeras manifestaciones que apuntaban a que los residentes en las Islas Baleares no deberían de pagar el nuevo gravamen, el portavoz del Govern ha explicado que esta cuestión se planteó cuando "se estudió la posibilidad de cobrar el impuesto turístico en puertos y aeropuertos", mientras que ahora "se está trabajando en el cobro del impuesto en los establecimientos turísticos".