El Teatro Infanta Isabel acoge la obra de Miguel Mihura Milagro en casa de los López, que protagonizan Nuria González y Carlos Chamarro. Esta comedia llena de humor absurdo, cuenta la historia de un matrimonio acomodado que vive en una mansión, encerrados desde hace diez años con la sola compañía de sus criados, hasta que una visita inesperada desata una serie de acontecimientos.

Diez años encerrados en una casa… suena espeluznante.

Sí, lo es. Además los motivos por los que eso ocurre están ocultos para mi personaje, porque quien tiene los motivos es su marido, así que me paso toda la función ignorando por qué no salimos a la calle. Mi marido me convence de cosas muy extrañas.

Si la gente discute en vacaciones en diez años sin salir debe ser peor ¿no?

Pues eso es lo que hacemos en esta función. El matrimonio López no pararía de pelearse si no fuera por las visitas.

¿Acomodarse es lo peor que le puede pasar a una pareja?

Es imposible. Es mejor no intentarlo, en ningún sentido de la vida. Estar cómodo en una situación de compartir tu vida, con una convivencia contínua es un ejercicio difícil en el que nunca se encuentra un equilibrio completo.

Defina el humor de 'Milagro en casa de los López'.

Es absurdo. Un humor en el que no importa la lógica de la trama, si no de la lógica que tiene cada uno de los personajes. En la vida para sentirnos seguros tendemos a parecernos los unos a los otros, cosa que nos perjudica enormemente, pero en el lenguaje del absurdo cada personaje tiene su mundo propio y así se expresa.

¿Es el mejor tipo de humor?

Para mi gusto de los mejores. Es un lenguaje muy descriptivo de la realidad, esas cosas que chocan y que nadie comprende. La realidad es que todos somos muy distintos, si nos mostráramos tal cual somos la vida sería más variada.

¿Tiene una escena preferida?

Cuando estamos los seis actores en el escenario, en la segunda parte de la función. He venido de hacer dos años de gira con un monólogo, entonces, como comprenderás… (risas). Ahora estoy como Mercedes, mi personaje, que se pasa la función intentando llamar a la policía sólo porque vayan a la casa dos señores.

¿Hay química con Chamarro?

La química ha funcionado como un tiro. Tengo la sensación de llevar trabajando con Chamarro toda la vida. Me siento su pareja cómica, ahora entiendo a Esteso, a Pajares, a Cruz y Raya… es como haber encontrado a una media naranja de la comicidad. Es muy divertido y muy gamberro.

Son dos protagonistas absolutos, no pueden fallar...

Si te comprometes en que vas a estar a la hora de alzar el telón es un compromiso muy, muy serio.

¿Qué tiene que pasar para que ese compromiso se rompa?

Tiene que pasar lo más grande. Eso de que llegue la hora y no se suba el telón yo no lo he visto en 36 años que llevo haciendo teatro. He visto dificultades y muchas anécdotas, pero nunca un actor que se haya abierto el telón y no estuviera en su sito. Es algo sobre lo que la gente debería meditar un poco, el valor que tiene el compromiso del actor con la gente que se sienta a verle.

¿Pregunta alguna vez qué tal va la taquilla? ¿Es el equivalente en teatro a las audiencias de tele?

En algunas ocasiones estoy más cerca de la gente que produce, en ocasiones estoy más lejos. Depende de cómo lo vives en cada función. En esta ocasión sí, porque la persona de cuya vida depende de cómo vaya la taquilla es un amigo personal , así que me intereso mucho por su marcha, aunque en esta función no hace falta, porque hemos tenido unos llenazos tremendos. Normalmente las audiencias no suelen apasionarme. Lo que está claro es que en el teatro la audiencia es más fiable: es la gente que está ahí y ha pagado.

¿Alguna vez teme el silencio tras un chiste?

Nos ha pasado a todos, naturalmente, hay chistes que se entienden mejor o peor, chistes mejores o peores, tienes días buenos, malos y medianos… pero en esta función está por suceder.

¿Varía mucho una representación en función del público?

No hay dos funciones iguales. En el teatro nunca es igual, cada grupo de personas elige una forma de manifestarse.

¿Qué ha sido lo más raro que ha hecho un espectador en una función suya?

Pues no te lo puedo decir… una vez hice una función a oscuras, en la que yo no veía nada, pero los técnicos sí, porque llevaban lámparas infrarrojas. Podría contarte lo que pasó, pero necesitaría el testigo directo (risas).

Si tuviera que pasar diez años en un sitio… ¿Cuál sería?

¿Tantos años? (risas) Me iría uno a Ámsterdam, por ejemplo… y el resto a otros sitios, soy muy culo inquieto.

¿Existen los milagros?

Yo creo en los milagros, porque me pasan todos los días. Los milagros dependen muchas veces de que estés mirando al lado adecuado.

BIO: Nuria González nació en Málaga en 1962. Además de actriz de cine, teatro y televisión, ha sido presentadora. Interpretó a Adela en Manos a la obra, a Candela en Los Serrano y a Clara en Física o Química. En 2008 obtuvo una nominación al Goya como mejor actriz de reparto por la película Mataharis.