No cabe duda de que nuestra formación y experiencia, además de la oportunidad y la suerte, son determinantes a la hora de encontrar trabajo. Podemos hacer que nuestras posibilidades de hallarlo aumenten mediante una búsqueda eficaz y bien planificada.

Puntos a favor

Dedicación: Buscar trabajo es un trabajo en sí. Precisa concentración, esfuerzo y tiempo. No lo podemos realizar como algo complementario. Hay que dedicarle horas, voluntad y paciencia.

Iniciativa: El 80% de los trabajos no figuran en las bolsas de empleo, sino que pertenecen al mercado oculto. Hay que ofrecer nuestros servicios a empresas que no se anuncian y frecuentar los foros de empleo a diario.

Contactos: Buscar trabajo no es vergonzoso, así que haz correr la voz entre familiares, amigos y conocidos. En caso de currículos parecidos, una palabra de cualquiera de ellos puede inclinar hacia ti el desempate.

Actitud: No debes parecer un pedigüeño. Hay que aprender a venderse, pero sin ser pretencioso en el primer trabajo. Además, se ha de saber aceptar un rechazo y preguntarse a qué se ha debido.

Método: Debes ser sistemático: dedica las primeras horas del día a estudiar las ofertas de los periódicos, adaptar el currículo en función de lo que piden y enviarlo el mismo día en que se ha publicado el anuncio. Por la tarde podemos dedicarnos a consultar las bolsas de empleo y a recordarles el asunto a nuestros ‘contactos’. No dejes de mirar la prensa económica y todos los suplementos dedicados al empleo.

Perfección: El currículo y la carta de presentación son importantísimos: aprende a elaborarlos sin fallos y de forma correcta. Hay multitud de libros y páginas de Internet que te dicen cómo hacerlo bien. Lo mismo se aplica a la posible entrevista de trabajo: estudia la empresa, practica tus respuestas y, sobre todo, resalta una cualidad concreta que llame la atención y te haga destacar entre tus competidores.