La otra familia de Daría

Una treintena de niños bielorrusos pasan sus vacaciones con familias fuenlabreñas
La niña, junto a la madre de acogida y su mascota, en la piscina de su chalet de Griñón. (Antonio Navia)
La niña, junto a la madre de acogida y su mascota, en la piscina de su chalet de Griñón. (Antonio Navia)
La niña, junto a la madre de acogida y su mascota, en la piscina de su chalet de Griñón. (Antonio Navia)

Cuarenta días al año, Daría Corrolkova (13 años) cambia el frío clima de Apalino-Basino, una pequeña aldea situada al sur de Bielorrusia donde vive con sus padres, por el sol de Griñón, la localidad donde pasa las vacaciones hace ya cinco veranos con su otra familia española.

Daría es como cualquier niña de su edad: le gusta la danza, ir a nadar a la piscina y el pollo con patatas fritas. Es algo tímida, pero cariñosa y a pesar de que todavía le cuesta hablar castellano, entiende a la perfección todo lo que se le dice, sobre todo cuando se trata de ir a jugar con Lumbre, su perrita.

Ella es uno de los 28 niños bielorrusos de 7 a 17 años que forman parte del programa de acogida desarrollado por la parroquia Nuestra Señora del Belén de Fuenlabrada desde hace más de una década. Una iniciativa solidaria creada con el objetivo de mejorar la salud de los pequeños, algo mermada debido a las consecuencias del desastre nuclear de Chernóbil (Ucrania) de 1986.

Aunque según la madre de acogida de Daría, M. Carmen Lorenzo, es casi más lo que aportan ellos a la familia: "Poco antes de la llegada de niña a mi marido le diagnosticaron un cáncer. La pequeña le aportó muchísima alegría en sus últimos años de vida. Se querían con locura", asegura.

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