La Mafia italiana está que trina porque tiene que hacer frente a un nuevo símbolo de la lucha contra el crimen organizado que ellos representan.

Este símbolo no es una agente policial o un fiscal de distrito, ni siquiera un perro detector de drogas...sino una marca de vino blanco espumoso, 'Campo Libero' (Campo libre).

La explicación no es otra que 'Campo Libero' ha sido producido con uvas cultivadas en tierras confiscadas a un padrino de la Camorra (versión napolitana de la Mafia) provocando la ira de los gángster de Nápoles.La marca se ha convertido en el

Leyes antimafiosas

El hecho enfada más a los 'capos' porque la entidad encargada de gestionar el negocio es Il Gabbiano, organización de caridad que emplea como empleados a personas que han sido drogadictos y ex convictos. Il Gabbiano se ha beneficiado de una Ley aprobada por el Parlamento italiano en 1996 mediante la cual, las propiedades pertenecientes a mafiosos condenados pueden ser usadas para propósitos sociales.

Gracias a ello, en 2003, la entidad benéfica recibió 10 hectáreas de tierra que habían estado abandonadas por años.

"El hecho de que podamos convertir una tierra adquirida con ganancias ilegales en algo totalmente limpio es el mensaje más importante que podríamos enviar", dijo Dario Campagna, director de Il Gabbiano.

Las tierras pertenecían a Francesco Schiavone, líder de una de las familias más poderosas y violentas de la Camorra de Nápoles, cuyo imperio se extendía desde esa ciudad hasta las tierras de labranza que están a solo 60 kilómetros de Roma.

Sus turbios negocios iban desde tráfico de drogas a negocios semilegales de producción de cemento y negocios inmobiliarios. Schiavone fue condenado y sentenciado a cadena perpetua.

Dura tarea

Pero la empresa de Il Gabbiano ha sido dura. Se dedicaron en un principio a contratar a granjeros locales para que les ayudaran, pero sospechosamente éstos no aparecían el día contratado. Al final, gracias a la Policía se pudo convencer a los trabajadores locales de que no había peligro alguno para ellos.

Pero la Mafia nunca se rinde y una noche de septiembre, saboteadores no identificados destruyeron la mitad de la cosecha al cortar los cables de metal que sostenían los viñedos, los que colapsaron bajo el peso de la fruta madura.

"Nos despertamos y nos dimos cuenta de que habíamos perdido 50.000 kilos de uvas de un total de 140.000", dijo Campagna. "Fue un verdadero golpe y tomará años para que los viñedos vuelvan a crecer, pero vale la pena", dijo. "Cuanto más luchemos por este vino, mejor sabor tendrá al final", concluyó el director de Il Gabbiano.