La Audiencia Provincial ha denegado el tercer grado penitenciario a Javier Rosado, el asesino del rol, que en 1994 mató de 19 puñaladas, siguiendo las normas de un juego que él inventó, a un empleado de la limpieza en Manoteras (Madrid).
El auto estima que "el obstáculo" son "las graves alteraciones" que reflejan sus informes psicológicos, así como el pronóstico de "peligrosidad criminal", a pesar de que el preso tiene una oferta de trabajo en la calle. Por contra, la defensa de Rosado aseguró ayer que su cliente está "rehabilitado" y discrepó de su "peligrosidad".
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