La reforma del barrio no puede quedarse en el arreglo de las calles Molinos o Pavaneras. Los vecinos del Realejo quieren que el Ayuntamiento de la capital acometa la remodelación integral de esta zona de la ciudad, «prevista en el programa electoral del PP», recuerda la asociación de vecinos del barrio.

La memoria en estos casos no suele fallar, de ahí que el colectivo se haya apresurado a elaborar la lista de mejoras que al PP le quedaron por hacer antes de los comicios del pasado 27 de mayo. Entre las necesidades más clamorosas, la asociación hace hincapié en la «reforma urgente del Campo del Príncipe».

«La plaza presenta pésimas condiciones de salubridad, los perros van sueltos, hay pintadas en los bancos y farolas... Hay que reformarla cuanto antes», enfatiza la presidenta del colectivo, Carmen Nestares.

»Además, los residentes reclaman que se refuerce el servicio de limpieza, ya que «hay muchas obras particulares que levantan polvo y generan suciedad», añade Nestares.

Lo peor para ellos viene los fines de semana, por las molestias de la actividad nocturna de las terrazas y discotecas del barrio. No obstante, los residentes insisten, sobre todo, en el problema de la falta de espacio para aparcar. Por ello, reclaman al Consistorio que retome de inmediato el proyecto del aparcamiento, paralizado desde hace algo más de un año.

«Queremos que se haga cuanto antes, porque es muy necesario Pero también, que pongan la zona azul en el Campo del Príncipe», para facilitar la rotación de vehículos. El Ayuntamiento conocerá sus demandas en una ronda de entrevistas que la asociación mantendrá con los ediles de cada rama.

Los vecinos opinan

Alberto Beiztegui, 60 años. «Hacen falta más policías los fines de semana. En el Campo del Príncipe, los coches se llevan por delante los espejos retrovisores y les da igual. Haría falta que se diesen una vuelta por la noche para poner orden».

Ángela Fernández, 50 años. «Es un barrio muy tranquilo, pero tiene carencias. Por ejemplo, hay bastante suciedad y pintadas. El Campo del Príncipe podrían arreglarlo también porque los fines de semana lo machacan con los botellones».

Fernando B. Muñoz, 57 años. «Aquí se vive bien, pero es una pena la imagen que dan algunas zonas. La gente se queja de los grupos de hippies que vienen con sus perros y dejan las cacas en mitad de la plaza. Tampoco hay donde dejar el coche».