Pasadas las 8 de la mañana un dispositivo de la Policía Nacional y Local acudió a Puerta Barqueta, ocupada desde hace meses por unas 150 personas de 60 familias rumanas. Los 40 agentes que participaron en el operativo se encontraron con la manzana prácticamente deshabitada.
Tan sólo quedaba un hombre terminando de recoger sus enseres y al poco tiempo apareció una familia rumana para llevarse sus cosas. Una vez que abandonaron el lugar, la Policía y un representante de la propiedad del edificio sellaron todas las entradas para evitar nuevos intrusos en Puerta Barqueta.
Los últimos inquilinos ilegales se marcharon del lugar entre el martes y el día de ayer, ya que una orden judicial dictada el desalojo para hoy por la mañana. Tras la salida ayer de algunos okupas se produjo el robo de otra cañería, dejando a la mitad del inmueble sin agua.
La propietaria del inmueble, la docena de inquilinos de renta antigua que aún vivían en la zona cuando comenzaron a llegar los ocupas, y la Oficina de Atención al Inquilino (Otainsa) se reúnen mañana para buscar una solución a estos arrendatarios legales.
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