Según la Policía. Los peritos de balística de la Policía Científica aseguraron ayer en el juicio contra Enrique R. G., acusado de asesinar a su mujer de un tiro en la barriada de los Pajaritos, que es «insostenible» que el arma se disparara accidentalmente, tal y como asegura el inculpado. La fuerza mínima que hay que ejercer en el gatillo es de un kilo si está lista para el disparo y de tres cuando no está. Por ello, descartan que se disparase al pasarle un trapo.La madre del acusado, que declaró ayer, negó en todo momento que su hijo maltratara a la víctima. El resto de testigos del acusado afirmaron que «nunca le vieron moratones» a la mujer. El juicio, que comenzó el lunes, quedará hoy visto para sentencia.
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