El desastre de la guerra de Irak persiguió a Tony Blair hasta el final

  • La foto de Azores que simbolizó el desastre político y humanitario en Irak sigue sobre las espaldas del ministro el día en que deja Downing Street.
  • Gordown Brow , que votó en su día con Blair y el resto del gabinete la guerra de Irak, hereda una patata caliente.
  • Las tropas británicas "están luchando por la seguridad de este país y del más amplio mundo contra quienes quieren destruir nuestro modo de vida", ha tenido que justificarse Blair en su despedida.
Blair, Bush y Aznar durante la cumbre de las Azores del 16 de marzo de 2003. (Reuters)
Blair, Bush y Aznar durante la cumbre de las Azores del 16 de marzo de 2003. (Reuters)
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Blair, Bush y Aznar durante la cumbre de las Azores del 16 de marzo de 2003. (Reuters)
La guerra de Irak ha perseguido hasta el final al primer ministro, Tony Blair, quien en
su última comparecencia parlamentaria se vio obligado a mencionar a
los últimos caídos británicos en el país árabe y disculparse ante el Parlamento por los continuos peligros que corren allí las tropas.

"Lamento de veras los peligros a que se exponen hoy (las fuerzas armadas británicas) en Irak y Afganistán", dijo Blair para inmediatamente refutar a sus críticos de dentro y fuera de la Cámara de los Comunes.

Lamento los peligros a que se exponen hoy los soldados en Irak y Afganistán; pero no se enfrentan a esos peligros en vano

"Sé que algunos tal vez piensen que se enfrentan a esos peligros en vano. Yo no, y nunca lo pensaré", dijo un Blair impenitente.

Las tropas británicas "están luchando por la seguridad de este país y del más amplio mundo contra quienes quieren destruir nuestro modo de vida", agregó el político laborista, quien en su día llegó a reconocer: "Quizás me equivoqué, pero hice lo que creí bueno para el país ".

Antes, miembros de la coalición "Familias Militares contra la Guerra" habían acudido a manifestarse en las proximidades de Downing Street, la que ha sido hasta hoy su residencia oficial.

Los manifestantes, alrededor de un centenar de personas que portaban pancartas contra la guerra, dijeron no estar dispuestos a dejar que Blair olvidase "todos los sufrimientos que ha causado".

Cuatro en las Azores
Durao Barroso, Tony Blair, George W. Bush y José María Aznar, en la reunión de las Azores.

¡Tropas Fuera!

Al ver la limusina del Primer Ministro salir a gran velocidad con dirección al Parlamento, el grupo de familiares y activistas contra la guerra comenzó a gritar "Tropas fuera" y a abuchear al todavía jefe de gobierno.

En su intervención en la Cámara, el primer ministro volvió a culpar a "elementos en el régimen iraní" y a la organización de Al Qaeda de los continuos ataques terroristas en el antiguo país de Sadam Husein, que han hecho trizas su sueño imposible de un Irak democrático y pacífico tras la invasión.

De poco consuelo les sirvan tal vez a las familias que han perdido a alguien o que temen todavía perderlo en Irak los elogios que dedicó a los soldados hoy el primer ministro en el Parlamento.

"Con independencia de lo que la gente pueda pensar de mis decisiones, creo que de ellos la opinión sólo puede ser unánime: son los más valientes y los mejores", dijo Blair.

Las tropas seiguen, de momento

El dirigente laborista no quiso tampoco, una vez más, fijar un calendario de retirada para las tropas británicas en ese país, como le requirió un diputado de la izquierda de su propio partido, y dijo hoy que la única forma de derrotarlos es "hacerles frente".

Ésa es la patata caliente que hereda ahora el nuevo primer ministro, Gordon Brown, que votó en su día con Blair y el resto del gabinete la guerra de Irak y quien, al menos públicamente, nunca se ha disociado de esa decisión pese a sus desastrosas consecuencias en aquel país y las divisiones profundas que ha provocado aquí.

A Blair le queda, entre otras cosas, el consuelo del agradecimiento del tabloide más leído de este país, The Sun, del grupo de Rupert Murdoch, quien en un editorial elogia el valor del líder laborista y su decidido apoyo a Estados Unidos tras los ataques terroristas del 11 de septiembre.

Pese a los problemas en Irak, tuvo toda la razón en identificar al Islam fanático como la mayor amenaza del siglo, elogia The Sun

"Pese a los problemas en Irak, (Blair) tuvo toda la razón en identificar al Islam fanático como la mayor amenaza del siglo a la estabilidad global", escribe el periódico, que, aludiendo a la impopularidad de esa guerra entre los británicos, recurre al refrán según el dual "nadie es profeta en su tierra".

"A veces tiene que ser un extranjero amigo quien valore las cualidades que aquí ignoramos o que damos por supuestas", y ese "extranjero" no es otro que el presidente de EEUU, George W.Bush, quien, en declaraciones al periódico, predice que la historia será benévola con su amigo Blair.

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