Hasta 102 países han registrado casos de tortura y malos tratos a manos de las fuerzas de seguridad, la policía y otras autoridades del Estado, según publica el Informe Anual 2007 que ha hecho público Amnistía Internacional (AI).

Esteban Beltrán, director de AI en España, considera "preocupante" que "no todos los países tomen medidas para erradicar todas las formas de tortura patrocinadas por el Estado".

Algunos países, según Beltrán "cierran los ojos o permiten que otros países la practiquen en su nombre" aunque lo realmente preocupante para el director de AI en nuestro país es que algunos de los países "incluso la estén fomentando".

"Amnistía Internacional ha registrado casos de tortura y malos tratos en Estados Unidos, Argelia, Egipto, Marruecos, Irak, México, Rusia, China, Brasil, Zimbabwe, Afganistán y muchos otros países", añade Esteban Beltrán, señalando que "el uso de la tortura nunca está justificado, no importa cuáles sean las circunstancias" por lo que "la comunidad internacional debe oponerse frontalmente".

La tortura en 2006, por zonas

En toda Rusia se han practicado torturas bajo custodia policial; para conseguir confesiones eludían las obligaciones de notificar la detención a los familiares, el derecho de recibir asistencia jurídica o a un reconocimiento médico.

En Turquía, las personas acusadas por la legislación antiterrorista en vigor sufrían procesos interminables y podían permanecer recluidas más de diez años antes de recibir una sentencia definitiva.

Reino Unido ha expulsado a personas a las que consideraba sospechosas de terrorismo a países con historiales de tortura y malos tratos y en España ha seguido habiendo informes que denunciaban tortura de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley.

En China, las víctimas de torturas sufren patadas, golpes y descargas eléctricas.

Además, son colgadas por los brazos, mantenidas con grilletes en posturas dolorosas, quemadas con cigarrillos y se les impide dormir y comer.

Un alto funcionario chino asumió en noviembre que dictaban no menos de 30 condenas injustas anualmente a consecuencia del uso de la tortura.

Afganistán, Bangladesh, Cachemira e India también practican estos métodos.

En Egipto, Jordania, Siria, Túnez o Yemen, las personas detenidas por motivos políticos o sospechosos de terrorismo son juzgadas ante tribunales especiales o militares, donde pocas veces se abrían investigaciones a partir de las denuncias de acusados que acusaban a las fuerzas de seguridad de maltrato.

La tortura y los malos tratos son habituales en Argelia, Egipto, Irak, Irán, Jordania, Arabia Saudí, Kuwait, Libia, Marruecos, Siria, Túnez y Yemen.

La mayoría de los gobiernos africanos reprimieron la disidencia y la libre expresión a la vez que autorizaban o toleraban las ejecuciones extrajudiciales y las detenciones arbitrarias.

Las personas sometidas a investigaciones criminales son susceptibles de tortura.

En Zimbabwe, las autoridades y la policía continuaron atacando al colectivo de defensores de los derechos humanos.

Han denunciado abusos sistemáticos y reiterados por parte de Estados Unidos y sus aliados en el contexto de la "guerra contra el terror", como lo son las detenciones secretas, las desapariciones forzadas y la reclusión arbitraria y prolongada en régimen de incomunicación.

Siguen sin pedirse responsabilidades a los altos cargos oficiales a este respecto.

México sigue practicando la detención arbitraria, los malos tratos, la tortura y la vulneración del derecho al proceso debido de presuntos delincuentes.

En Chile hay condiciones infrahumanas en muchas cárceles, algo similar a lo ocurrido en Paraguay y Brasil.