El caballo y su movimiento como base inestable consigue que las terapias ecuestres tengan unas cualidades ideales para la rehabilitación de pacientes con daño cerebral. Así lo ha asegurado el fisioterapeuta Rubén David Maldonado, dentro de los Cursos de Verano de la Universidad Pablo de Olavide (UPO), que se imparten en la localidad sevillana de Carmona.

Maldonado ha impartido la ponencia 'Inicio de la bipedestación y marcha en un caso de daño cerebral a través de las TEIAC', dentro del curso 'Terapias ecuestres e intervenciones asistidas con caballos: avanzando'.

"En la actualidad estamos en pañales en comparación con otras áreas de investigación dentro de la medicina como puede ser la oncología o la diabetes", ha añadido el experto, que enmarca las investigaciones sobre terapias ecuestres e intervenciones asistidas con caballos (Teiac) dentro de una etapa cualitativa.

"Son muy pocos los estudios internacionales, hay un gran campo por investigar y quedan muchas cosas por hacer", según Maldonado, quien, sin embargo, se ha mostrado esperanzado en el progreso y la difusión de las Teiac.

El experto ha afirmado que "el caballo es un animal que tiene mucha afinidad con las personas, además de una gran capacidad de aprendizaje, es muy inteligente y tiene mucha memoria".

Una de las claves del éxito de estas terapias, según Maldonado, es que las terapias se realizan en un entorno natural "que provoca la desinhibición de los usuarios, de manera que no se da el síndrome de la bata blanca, no se realizan en una clínica con cuatro paredes y un médico vestido de blanco".

Durante su ponencia, el fisioterapeuta ha expuesto a los oyentes el caso de una niña con un daño cerebral leve que le incapacitaba caminar e incluso permanecer sentada de forma autónoma debido a una alteración de su miembro inferior izquierdo. "La base inestable del caballo ayuda a su cerebro a reprogramar el movimiento necesario y la actividad cerebral que necesita para controlar el cuerpo durante la marcha y la bipedestación", ha explicado el experto.

Las Teiac, ha defendido, pueden ser aplicadas incluso en lesiones que son degenerativas, ya que "el simple hecho de montar a caballo, aunque ya no exista capacidad de mejora, consigue que los pacientes se sientan más libres, mejoran su musculatura, la tonifica y evita dolores de espalda", ha concluido Maldonado.