Nueve meses por falsificar la firma de su padre gravemente enfermo para extraer 28.000 euros de su cuenta

La Audiencia de Cantabria ha confirmado la pena de nueve meses de cárcel a una mujer por un delito de falsedad en documento mercantil, por imitar la firma de su padre, gravemente enfermo, para transferir 28.000 euros de la cuenta de éste a la suya.

La Audiencia de Cantabria ha confirmado la pena de nueve meses de cárcel a una mujer por un delito de falsedad en documento mercantil, por imitar la firma de su padre, gravemente enfermo, para transferir 28.000 euros de la cuenta de éste a la suya.

Con su sentencia, la Sección Tercera de la AP ratifica un fallo previo del Juzgado de lo Penal número 3 de Santander, al desestimar un recurso de apelación de la acusada, que también deberá pagar una multa de 1.470 euros.

De acuerdo con la sentencia, difundida este sábado, los hechos ocurrieron el 26 de octubre de 2010 cuando M.C.H.L., aprovechando que su padre estaba gravemente enfermo, fue a una oficina de la entidad bancaria donde él tenía abierta una cuenta, de la que extrajo 28.000 euros, y dispuso de ellos en su beneficio ese mismo día, ingresándolos en otra cuenta abierta a su nombre.

Si bien en la cuenta de su padre figuraba como autorizada para reintegrar dinero, y como en esta ocasión la disposición resultaba "excesiva", la mujer rellenó el impreso bancario y estampó una firma imitando la de su padre. De esta forma, consiguió que le fuera transferida la cantidad a su propia cuenta.

Días después, el 10 de noviembre, su padre falleció, y la mujer dispuso de la citada cantidad en metálico -28.000 euros- en su exclusivo beneficio.

"la firma era falsa"

La acusada recurrió la sentencia condenatoria, que se basa fundamentalmente en la prueba pericial caligráfica judicial, que la juzgadora de instancia considera "absolutamente imparcial", en contraposición con la pericial caligráfica de parte. Dicha prueba, concluyó que la firma en el documento en cuestión era "falsa", si se comparan las rúbricas de la mujer con las de su padre.

Entre ambas existen "diferencias evidentes de grafía", con conceptos "diferentes", como "la lentitud en su ejecución" o "el mayor grado de tensión".

Según el perito, la firma en cuestión "carece de habitualidad gráfica, está realizada en diferentes trazos y presenta serias diferencias gráficas" con la que se comparó, lo que hace concluir que es "una firma falsa".

Además, el experto negó la posibilidad de que la misma hubiese sido efectuada por una persona mayor y gravemente enferma, por la "ausencia de temblor" en su estampado y "la mayor presión ejercida" en su realización.

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