Un lugar específico
En el caso de almacenar muchas botellas –o pocas, pero caras– se debería acondicionar un cuarto trastero como bodega. Si somos exigentes, podemos hacernos con una unidad de climatización y un humidificador. Los hay bastante económicos, suficientes para climatizar hasta 12 metros cúbicos. El objetivo es que el vino no sufra cambios bruscos de temperatura ni de luz. Tampoco son recomendables los olores fuertes, los humos o las vibraciones, por lo que no deberíamos tenerlos en la cocina o el garaje. El sitio perfecto sería un sótano.
Lo ideal es que los vinos permanezcan en una atmósfera fresca, oscura y por encima del 70% de humedad relativa. La temperatura adecuada de conservación está entre los 13 y los 16 grados centígrados.
A la hora de elegir estanterías, las metálicas son las más económicas, pero se oxidan y no son atractivas. Hay también costosos botelleros en diferentes maderas, pero la mejor opción son los de barro cocido o arcilla.
En botella, siempre tumbado
En contra de lo que se cree, los barriles de madera no son aconsejables: se resecan si no están totalmente llenos y muchas veces avinagran el vino y se convierten en nidos de bacterias. Lo mejor son las botellas, que deben mantenerse en posición horizontal. Así, el corcho permanece húmedo e impide que el aire penetre y se oxide el vino. Se pueden apilar si son iguales. En caso contrario, es mejor guardarlas en una estantería. Deben moverse lo menos posible, pues la quietud mejora la calidad del caldo.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios