Tribunales.- Un agricultor se enfrenta al pago de dos millones de euros por un incendió que calcinó 813 hectáreas

Un agricultor de 84 años, Emilio M. P., se ha sentado este lunes en el banquillo del Juzgado de lo Penal número 3 acusado de un delito de incendio forestal por imprudencia por el que el Ministerio Fiscal le reclama, además de siete meses de prisión y multa de 3.150 euros, el pago de una indemnización de más de dos millones de euros a la Consejería de Medio Ambiente por los trabajos de reforestación que tuvo que llevar a cabo en las 813 hectáreas calcinadas por las llamas en el verano de 2009 y en terrenos pertenecientes al término municipal de Jódar (Jaén), en las inmediaciones del Parque Natural de Sierra Mágina.

Un agricultor de 84 años, Emilio M. P., se ha sentado este lunes en el banquillo del Juzgado de lo Penal número 3 acusado de un delito de incendio forestal por imprudencia por el que el Ministerio Fiscal le reclama, además de siete meses de prisión y multa de 3.150 euros, el pago de una indemnización de más de dos millones de euros a la Consejería de Medio Ambiente por los trabajos de reforestación que tuvo que llevar a cabo en las 813 hectáreas calcinadas por las llamas en el verano de 2009 y en terrenos pertenecientes al término municipal de Jódar (Jaén), en las inmediaciones del Parque Natural de Sierra Mágina.

Emilio M.P. se ha sentado este lunes en el banquillo, pero no ha declarado argumentando que por su edad no estaba "bien" y que tenía problemas para oír y entender lo que se le decía. Sí han declarado técnicos y agentes de la Guardia Civil que han ratificado que el origen del incendio estaba en la falta de mantenimiento de la instalación de riego que el acusado tenía en su finca ubicada en el paraje Las Ventanillas de Neira, en Jódar.

En concreto, según sostiene el Ministerio Público, la instalación eléctrica tenía fusibles que no contaban con el calibre adecuado para soportar sobrecargas. El día del incendio se registró, siempre según la versión del fiscal, un "sobrecalientamiento en la caseta de bombeo" lo que acabó en un cortocircuito que quemó el material aislante de los cables y que acabó cayendo al suelo a una temperatura superior a los 600 grados centígrados. A esto se unió que la zona de la instalación no estaba limpia, tal y como exige la normativa vigente, por lo que el fuego se propagó con gran virulencia.

Tal y como sostiene el Ministerio Público, fue el mal estado de la instalación eléctrica como consecuencia de la falta de mantenimiento lo que provocó que el 11 de julio de 2009 originara el fuego que acabó arrasando 813 hectáreas, entre las que se encontraban montes públicos de pinos con más de 50 años de antigüedad, además de numerosos olivares pertenecientes a otras fincas.

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