Me llamaron por teléfono del hospital seis meses después del contagio. Así que me planté en la sala de espera de oncología y a las pacientes que salían de la consulta les pregunté. Se corrió la voz... y ya somos 36 las afectadas. 

 

 

En todo, relaciones personales, familiares... Mi hija odia los hospitales, y llevo cuatro años intentando que alguien me dé una explicación, que encuentren a las otras posibles infectadas, que el SAS haga algo y no nos trate como a apestadas.

 

 

El SAS ha ingresado en mi banco 17.000 euros, pero no especifica a cuenta de qué. En mi caso calcularon que duraría unos cuatro años y ahora me han detectado nódulos en el hígado. Eso da que pensar.

 

 

Salud sólo pone impedimentos, incluso nos negaron nuestras historias clínicas. Creo que están esperando a que nos muramos todas para no tener que dar más explicaciones. Afortunadamente, hemos creado una asociación y esto seguirá. Por favor, pon el teléfono: 609 866 060.

 

 

Brunequilda Vílchez, 47 años, casada y madre de una niña.   Fue la primera en enterarse de que había sido contagiada de hepatitis C.