Con motivo del décimo aniversario de la muerte de Lady Di, que tendrá lugar el próximo mes de agosto, Charles Spencer ha confesado que su autocontrol se derrumbó al pronunciar el discurso en la Abadía de Westminster, en el funeral de la princesa de Gales, mientras el mundo le observaba. "Es sólo la extenuación y la tensión de decir palabras muy emotivas frente al ataúd de tu hermana y enfrente de sus hijos", admitió en una entrevista concedida a Reuters.

Sentado en el estudio de la antigua casa familiar donde escribió lo que recientemente ha sido calificado por un periódico como uno de los mejores discursos del siglo XX, dijo: "Lo escribí en una hora y media. Salió del corazón, no de la cabeza".

En dicho discruso, Charles arrojó una electrizante diatriba contra los medios de comunicación a los que acusó de convertir a Diana en la "persona más perseguida de la era moderna".

"Tuve que golpear cada palabra desde mi diafragma hasta el final. Realmente no creo que pudiera haber dicho otro párrafo", dijo a sus 43 años.

"Tras eso, no escuché nada. La gente dijo que hubo un aplauso. Nunca lo escuché (...) Sólo me las arreglé para llegar a mi asiento y derrumbarme", añadió.

Desde entonces, Spencer nunca ha visto o escuchado ninguna grabación de su discurso que él admite que marcará para siempre su vida.

Spencer teme que la "Di-Manía" nunca termine.

En su vida, Diana fue una mina de oro para mucha gente que escribió libros y vendió historias y supongo que continuará".

"Creo que es parecido a JFK y Marilin Monroe al morir de forma trágica cuando eran jóvenes. Diana murió muy joven, a la mitad de su vida". Ella tenía 36 años, agregó.