La Unidad Neonatal del Servicio de Pediatría del Hospital Joan XXIII de Tarragona aplica la técnica de la hipotermia terapéutica a los recién nacidos que padecen una falta de oxígeno y de riego sanguíneo en el cerebro durante o después del nacimiento, una afección denominada encelopatia hipòxico- isquémica (EHI), con el objetivo de minimizar las lesiones.

Ha sido posible después de un año de formación de pediatras, enfermeras, cardiólogos, neurólogos y radiólogos, y una vez el centro sanitario ha podido adquirir los aparatos necesarios para poder llevar a cabo esta técnica de minimización de daños, ha informado este miércoles en un comunicado.

La técnica consiste en bajar la temperatura del bebé hasta 33 grados y mantenerla durante 72 horas para reducir el número de células que mueren y "conseguir que las que viven lo hagan en mejores condiciones" para disminuir las lesiones y aumentar las posibilidades que el bebé no sufra discapacidad.

La hiportermia terapéutica es el único tratamiento disponible en la actualidad, y es "seguro, sin riesgo relevante para el bebé", siempre que se sigan estrictamente los protocolos, que deben aplicarse precozmente porque las seis horas posteriores al accidente son fundamentales.

La incorporación de esta técnica evita que los bebés del centro que padecen EHI, unos seis al año, tengan que ser trasladados a Barcelona, "con las consecuencias que ello conlleva".

El EHI es la causa más frecuente de coma, convulsiones e hipotonía neonatales: cuando es moderada tiene un 10% de riesgo de muerte y los supervivientes sufren déficits permanentes, y cuando es grave tiene un riesgo de muerte del 60% y casi todos los que sobreviven lo hacen con discapacidades.