Como si de un túnel del tiempo se tratara, pasar por la estación de autobuses de Valencia es lo más parecido a retroceder varias décadas en el tiempo debido al lamentable estado de ruina en el que se encuentra este edificio.

Según ha comprobado in situ 20minutos, el abandono y la degradación se han apoderado del recinto, que presenta numerosas grietas, desconchados, humedades y paredes llenas de excrementos de palomas, que campan a sus anchas por el hall.

Además, hay varias oficinas y bajos comerciales cerrados, alguno llenos de desperdicios, déficit de asientos, lo que obliga a los viajeros a sentarse o tumbarse en el suelo, y la limpieza es muy escasa, especialmente en los baños.

Esta infraestructura, por la que pasan al año unos 35 millones de viajeros, se construyó tras la riada de 1957 y, desde entonces, no se le ha realizado prácticamente ninguna rehabilitación de calado, más allá de alguna intervención superficial, la última, realizada hace cuatro años, consistente en «una mano de pintura y sellado de grietas», tal y como han reconocido desde la Conselleria de Transportes, titular de la estación.

De hecho, las cubiertas de los andenes de los autobuses son aparentemente de amianto, un material prohibido actualmente por su toxicidad.

Sobre el estado de la estación, fuentes de Transportes han explicado que la gestión del recinto fue otorgada en concesión hace décadas a Alsa. Las mismas fuentes han explicado que faltan dos años para que caduque la concesión y que será entonces cuando se podrá plantear una rehabilitación integral.

Además, desde el departamento de Transportes han añadido que la empresa gestora sufre a su vez impagos de algunas de las restantes 83 compañías que operan en la estación, por lo que realizan un mantenimiento muy superficial. "Sobre todo se reparan desperfectos que tengan que ver con seguridad y poco más", han asegurado.

Desde Infraestructuras han comentado que había otras dos estaciones de autobuses previstas en Valencia, que no se han llegado a realizar. Una de ellas iba estar ubicada en la zona de la Ciudad de las Ciencias, mientras que la otra se planificó por la avenida de Cataluña. Sin embargo, finalmente ninguna de las dos se han visto materializadas