Científicos catalanes impulsan campañas de micromecenazgo ante la falta de recursos

  • La solidaridad de los ciudadanos ha permitido avanzar hacia la vacuna contra la diabetes y el hospital de día de Sant Joan de Déu.
  • Los investigadores critican la falta de recursos públicos y advierten que las fundaciones privadas están saturadas.
  • Buscan alternativas para poder seguir investigando y que sus proyectos no se paralicen como ocurrió con el de la vacuna contra la tuberculosis.
Tres investigadoras en el laboratorio del Instituto de Investigación del Sida (Irsicaixa), ubicado en el Hospital Germans Trias i Pujol, de Badalona (Barcelona).
Tres investigadoras en el laboratorio del Instituto de Investigación del Sida (Irsicaixa), ubicado en el Hospital Germans Trias i Pujol, de Badalona (Barcelona).
ACN
Tres investigadoras en el laboratorio del Instituto de Investigación del Sida (Irsicaixa), ubicado en el Hospital Germans Trias i Pujol, de Badalona (Barcelona).

La solidaridad de los ciudadanos permitió, hace unos días, dar un importante paso hacia la vacuna contra la diabetes tipo 1, pues las subvenciones públicas son escasas y las entidades privadas están desbordadas ante la multitud de peticiones. "Es muy triste que debamos recurrir al micromecenazgo pero hay que echar imaginación para no dejar de investigar", explica a 20minutos.es la jefa del Grupo de Inmunología de la Diabetes del Institut Germans Trias, Marta Vives.

La semana pasada su equipo anunció que habían conseguido frenar la destrucción de las células responsables de la producción de insulina. El hallazgo partía de una investigación anterior en la que consiguieron lo mismo pero con un proceso más costoso y difícil. En cualquier caso, el estudio apareció en la prensa y una familia, con un caso cercano, quiso ayudarles. "Desde entonces realizan un mecenazgo continuado y siguen de cerca el trabajo que realizan", explica.

Pero "cualquier ayuda es buena y motiva mucho, porque significa que hay gente que cree en lo que estás haciendo", asegura. Estos mecenas seguirán colaborando porque la investigación no ha finalizado. Y es que para desarrollar el tratamiento, es necesario montar una empresa o conseguir involucrar a una farmacéutica porque las administraciones no dan subvenciones para ello.

"Se hace buena investigación pero estamos en la cola de la financiación", se queja Ester Aso, investigadora del Institut de Neuropatologia del Hospital de Bellvitge. Su equipo hizo público la semana pasada que había logrado ralentizar la progresión del alzhéimer en ratones con un fármaco ya existente pero no tienen cómo financiar el ensayo clínico pues les han denegado las ayudas solicitadas. "El fármaco ya está en el mercado pero el laboratorio no puede asumir el coste del ensayo", lamenta Aso, quien no descarta recurrir al micromecenazgo para evitar que el proyecto acabe en un cajón como ocurrió con la vacuna de Can Ruti contra la tuberculosis.

Los investigadores presentaron en 2011 el primer y único prototipo de vacuna terapéutica contra esta infección contagiosa que en 2013 causó 1,5 millones de muertes en todo el mundo. Sin embargo, el ensayo se estancó por falta de recursos y todavía no pueden realizar la fase III del ensayo clínico, lamenta la directora general de Archivel Farma, Olga Rue. La famacéutica necesita varios millones de euros para llevarlo a cabo y mientras no los consigue realiza otros ensayos preclínicos y estudios con el mismo producto pero con otras aplicaciones.

La Generalitat, agrega Vives, "no aporta dinero a proyectos concretos de biomedicina" aunque sí en infraestructuras como el Parc de Recerca Biomèdica. Además, recuerda que las ayudas públicas solo cubren el material, no los salarios. "Podemos recibir 100.000 euros para un proyecto de tres años pero solo podemos pagar reactivos y otros materiales, no las nóminas, y ¿qué hacemos con un laboratorio sin gente?", se pregunta Vives.

El fruto de la solidaridad

Cada vez hay más ejemplos de éxito gracias a la solidaridad. Can Ruti, por ejemplo, recaudó 77.024 euros contra la ataxia de Friedreich, y el Institut d’Investigació Biomèdica de Bellvitge (Idibell), recibió en una semana 16.700 para investigar el síndrome de Trett.

Además, Sant Joan de Déu construyó su hospital de día con un millón de euros aportado por miles de benefactores, entre ellos Xavi Hernández y su esposa, que donaron su regalo de bodas. "Está muy bien que lo hicieran público porque son un ejemplo que mucha gente sigue", celebra Vives. Y no hay que olvidar los millones de euros que cada año recauda La Marató, que solo el año pasado recaudó 11,4 millones contra las enfermedades del corazón.

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