El secretario regional del PSOE, Luis Tudanca, se ha comprometido a impulsar "por todos los medios" las reivindicaciones de la Confederación de Federaciones de Ampas de Centros Públicos de Castilla y León (Confapacal) para ampliar y aplicar los programas de conciliación en los periodos no lectivos, como este verano, y favorecer un cambio paulatino del actual servicio de línea fría en los comedores escolares por el de las "modernas" cocinas in situ del siglo XXI.

Así lo ha asegurado Tudanca este viernes tras reunirse con los representantes de los padres y madres de los centros públicos de Castilla y León con los que ha compartido la necesidad de "dejar atrás" el actual modelo de línea fría para apostar por un modelo que, además de asegurar la necesaria seguridad alimentaria, garantice aspectos educativos y nutricionales de unos alimentos que deben ser también "suficientemente apetitosos" para los niños.

Para ello, los socialistas recabarán información del coste del actual sistema y del anterior para comprobar si hay mucha diferencia desde el convencimiento también de que el economicista no debe ser el único requisito y objetivo que prime en este servicio.

Tudanca ha aprovechado la ocasión también para exigir "máxima transparencia" para poder conocer los problemas que han surgido a lo largo de este curso con el servicio de comedor de Serunión en algunos colegios y sobre lo que está pendiente una comparecencia en el Congreso del ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, comprometida por él mismo en la campaña electoral.

El secretario regional del PSOE ha asumido también la petición de Confapacal para mantener los programas de conciliación tanto en los periodos lectivos como no lectivos que, entre otras cosas, permitirían abrir los comedores escolares en verano y dar soluciones así a las familias en situación de dificultades para alimentar a sus hijos.

Tudanca ha advertido de que esta tiene que ser una medida "urgente e inmediata" por lo que ha aclarado que no se puede esperar a la constitución del nuevo Gobierno autonómico ni al nombramiento del próximo consejero de Educación. Además, ha apelado al necesario liderazgo de la Junta en esta materia para que la alimentación de los niños y las facilidades de conciliación para los padres trabajadores no queden "al albur" de la decisión de cada ayuntamiento.

En este sentido, la presidenta de Confapacal, Emilia Ruiz, ha reclamado una apuesta estructural por la conciliación ya que los padres y madres trabajan tanto en las etapas lectivas como en las no lectivas y no se puede abordar este tema "a cachitos", con especial atención a la realidad del medio rural que, según ha lamentado, "está un poco olvidado".

"Si las administraciones se coordinan puede ser viable. Hay que luchar por ello", ha reivindicado Ruiz, quien ha insistido en la necesidad de abrir los comedores escolares en los periodos de vacaciones para, además de favorecer la conciliación, "matar dos pájaros de un tiro" y garantizar la alimentación de los niños de las familias más favorecidas a través de las actuales becas.

Respecto a la vuelta al modelo de los comedores tradicionales, Ruiz ha rechazado la afirmación del portavoz de la Junta ahora en funciones, José Antonio de Santiago-Juárez, cuando defendió que el modelo de línea fría es más seguro que el de las "cocinitas" del siglo XIX y con un "para nada" ha asegurado que las cocinas instaladas en los colegios de Castilla y León son "buenas no, buenísimas" además de modernas.

"Somos realistas y no pedimos un imposible", ha aclarado también la presidenta de Confapacal para quien volver de forma progresiva al modelo de la cocina 'in situ' es "factible y viable", afirmación que ha secundado Isabel Gordo, que como representante de los padres y madres de los alumnos de un colegio de Segovia, ha aclarado que encontrar una tuerca en un servicio o que se hayan ofrecido purés ácidos es hasta una "anécdota" de una comida que "es insípida" y que "no gusta" porque no es apetitosa y no tiene sabor.

Los padres y madres de los niños de los colegios públicos de Castilla y León han reclamado un "mayor nivel de exigencia" con lo que comen los niños y han advertido de que hay que conseguir que el control vaya más allá de que la comida que se sirve sea apta para el consumo.