La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, capitanea el barco que deberá conducir al Partido Socialista Madrileño (PSM) a un puerto seguro tras la debacle de las elecciones del 27-M.

Como presidenta de la gestora provisional que dirige la formación, tiene como objetivo coordinar la celebración del congreso extraordinario (el 27 y 28 de julio) del que saldrá el nuevo secretario general del PSM tras la renuncia de Rafael Simancas.

¿Cómo lleva el castigo?

Teniendo en cuenta que es temporal y compatible con el Ministerio, el único efecto son unas horas menos de sueño.

¿Qué encontró en el PSM tras la debacle?

¿Por qué el PSM está tan distante de la sociedad madrileña?

Nos estamos abriendo al análisis. Precisamente acabamos de abrir una página web que ya cuenta con unas 300 aportaciones.

¿Y qué le dicen?

No he tenido ocasión de leer los mensajes, pero sé que son numerosos. De todas formas vamos a un congreso con debate previo y se va a encargar un análisis poselectoral.

¿Qué características debe tener el líder del PSM?

Con carácter general, debe ser una persona reconocida por la sociedad como alguien representativo, debe generar liderazgo y tener capacidad de arrastre.

Arrastre. ¿Fue eso lo que le faltó a Simancas y a Sebastián?

Sería absurdo un análisis basado sólo en el perfil de ellos. Se han dado un conjunto de circunstancias... Me atrevería a decir que en un contexto diferente los resultados habrían sido otros.

¿Qué le parece el apoyo de Simancas a Tomás Gómez?

Todo el mundo es libre de opinar. Yo creo que hay que estimular el debate interno porque si no se tiende a anquilosarse.

¿Está el PSM anquilosado?

Que este partido necesita cambios en su forma de organizarse y relacionarse es una opinión compartida amplísimamente.

Cristina Narbona nació en Madrid el 29 de julio de 1951. Una de sus aficiones es la lectura. Se licenció en Economía.