El pasado 16 de enero Lindsay Lohan, recién salida de rehabilitación por sexta vez, se asomaba a la cadena Cosmo TV para mostrar en un reality show titulado con su nombre cómo es una vida marcada por la fama, las adicciones y el caos. "Sé que esta es mi última oportunidad", afirmaba la joven en la primera entrega, con la voz enronquecida y una melodía de thriller de fondo. El programa se cerró hace unas semanas con más frases desasosegantes ("no me queda nada por experimentar", "me siento prisionera todo el tiempo"), la noticia de que la actriz había sufrido un aborto espontáneo y pasajes en los que se la veía abroncar a su asistente personal por cosas nimias o discutir con su padre.

Lohan no es la única famosa que desnudará este año su intimidad en un reality, un formato que cada vez cuenta con más adeptos y que es capaz de acercarse al día a día de una celebridad de una manera más truculenta y espontánea que los tradicionales biopics. Y que, además, para sus protagonistas, constituye una vía de obtener ingresos sustanciosos (en el caso de Lohan, unos dos millones de dólares, según varios medios).

A finales de abril, Naomi Campbell anunciaba que se encontraba preparando su propio programa de telerrealidad (I am Naomi Campbell), el cual será retransmitido a través de Yahoo! Screen y, posiblemente, reflejará los comentados accesos de mal humor de la supermodelo. Y hace dos semanas, Sofía Vergara informaba a sus fans de que podrían observar su vida cotidiana en Vergaraland, una miniserie de seis capítulos que estará dirigida por su hijo, Manolo Gónzález Vergara, y que emitirá la aplicación Snapchat.

Por su parte, el productor y cantante Pitbull no ultima uno, sino dos realities (The Life y The real change project) que recorrerán la ajetreada vida del rapero (el primero) y su trayectoria personal (el segundo), aún en una cadena por confirmar.

Fue en 20o2 cuando el cantante del grupo de heavy metal Black Sabbath, Ozzy Osbourne, y su controvertida familia se prestaron a una empresa pionera: la de llenar su hogar de cámaras, al estilo Gran Hermano, para mostrar a la audiencia cómo era su delirante rutina. Aquel insólito programa, The Osbournes (MTV), no solo se convirtió en uno de los contenidos más vistos de la historia de la cadena, sino que hoy sigue su andadura (la mujer de Osbourne, Sharon, ha afirmado que se están grabando ocho nuevos episodios que podrían estrenarse a finales de año).

Pese al éxito de The Osbournes, la tendencia de los realities centrados en famosos no se ha consolidado hasta varios años después. Entre los ya emitidos, destacan el de la cantante Kesha, My crazy beautiful life (Mi bella y loca vida), que haciendo honor a la fama de provocadora de la artista, mostró en 2013 escenas delirantes, como aquella en la que la joven bebe un poco de su propio orín.

En el mismo año, con menos suerte, Eva Longoria desnudaba su corazón en Ready for love, una oferta que fue cancelado tras apenas un par de capítulos por su escasa audiencia.

La familia de Clint Eastwood, que grabó Mrs. Eastwood & Company en 2012, o el espacio Wahlburgers, donde Mark Wahlberg y su hermano Donnie muestran su trabajo en el restaurante de hamburguesas de su propiedad, son otros de los que se han sumado a esta moda.

También España ha contado con sus propios 'Osbournes'. Olvido Alaska y Mario Vaquerizo se atrevieron a enseñarnos su ático invadido por barbies, sus reuniones de amigos e, incluso, su boda en Alaska y Mario (MTV España), entre 2011 y 2013. Aunque en un principo estaba concebida para tener una única temporada, la producción finalizó con tres gracias a su gran éxito.

Asimismo, el pasado mes de febrero Los Chunguitos debutaron con Los Gipsy Kings, donde los músicos abrieron las puertas de sus hogares desde Cuatro. Sus buenos datos de audiencia hacen prever que el espacio volverá más adelante.