Los padres ingleses tendrán derecho a saber si las personas que están en contacto regular con sus hijos suponen un peligro para ellos, según el nuevo proyecto legislativo que anunciará el Gobierno británico para combatir la pederastia, señaló hoy el ministro de Interior, John Reid.

Reid se ha mostrado a favor de que la información pueda ser accesible para los padres y familiares, si bien insistió en que no habrá "carta blanca" para que se investiguen los antecedentes de cualquier persona.

El ministro expresó su satisfacción de que las propuestas del Gobierno, que serán dadas a conocer esta tarde en el Parlamento, hayan recibido el apoyo de Sara Payne, cuya hija, también llamada Sara, fue secuestrada y asesinada por un pederasta en el 2000.

El asesinato de la pequeña, de ocho años, motivó una campaña nacional para que el Reino Unido adoptase una ley similar a la establecida en Estados Unidos bajo el nombre "Megan", algo que hasta ahora no ha prosperado.

Megan Kanka, de siete años, fue asesinada por un hombre en Nueva Jersey en 1994, por lo que la ley que lleva su nombre facilita a la gente acceso a la información sobre los nombres y las direcciones de conocidos pederastas.

Según explicó Reid, las nuevas leyes pueden responder a las exigencias de padres que quieren conocer los nombres de pederastas y, por otro, al temor de otras personas sobre la posibilidad de que se hagan públicos detalles confidenciales.

Reid precisó que hay que encontrar un punto medio: la información sobre los riesgos para los hijos no tiene que ser monopolio exclusivo de los profesionales (por la policía o servicios sociales) y, por otro lado, evitar que esta información dé pie a ataques histéricos.

El ministro afirmó que quiere utilizar el actual sistema -en referencia al registro con nombres de pederastas en poder de las autoridades- y añadir la posibilidad de que en determinadas circunstancias los padres tengan acceso a esa información.

Reid citó especialmente el caso de madres solteras con hijos pequeños, que quieran tener acceso a información sobre alguien nuevo que entre en contacto con sus pequeños.

"Creo que he encontrado la forma" de satisfacer a las dos partes, por un lado a los que apoyan la campaña de Sarah Payne y a "los que tienen reservas" sobre la divulgación de la información, agregó.

Entre los planes que también estudia el Gobierno es facilitar a los que cometen delitos contra menores tratamientos con fármacos para impedir la reincidencia.

El tratamiento, según los medios británicos, consiste en el suministro de fármacos que reducen la libido, aunque tendría carácter voluntario.