El jefe de personal de las Fuerzas Armadas, general Eleazar Stern, haaprobado reformas  revolucionarias en el servicio militar de lassoldados, que ya no tendrán que servir el café a su comandante.

Con estas reformas, las mujeres que están en el Ejército tendrán que compartir sus tareas con otros oficiales militares.

Tampoco será obligación de las mujeres limpiar los pisos de su jefe o cuidar de sus hijos cuando éste sale con su esposa.

La función de "empleada" es la más detestada por las reclutas, que aligual que los varones (cuyo servicio militar es de tres años) puedenoptar por seguir cursos especiales a fin de cumplir otras tareas fuerade las oficinas, incluso como instructoras de combate.

Con estas medidas, el número de varones en trabajos de oficinaaumentará y todo el personal de las bases militares, de ambos sexos, seturnará en la limpieza.

Las relaciones entre los jefes y las soldados, a las que sueleconocerse como "las esposas", debido a las tareas domésticas que debenrealizar, serán en adelante de carácter "profesional".

En los últimos años esa proximidad causó

un aumento en el número de denuncias por acoso sexual por parte de las soldados.

En las oficinas de las bases militares habrá calentadores de agua ycafé o té a disposición del personal, y el jefe deberá prepararse loque desee tomar. Su única prerrogativa será pedir ayuda a la secretariapara el caso de una reunión con varias personas.