Inviernos primaverales, veranos demasiado calurosos y alteraciones inusuales en el tiempo que nos dejan lluvias torrenciales tras una intensa ola de calor. Son algunos de los efectos del temido cambio climático al que seis fábricas ubicadas en nuestra provincia están contribuyendo especialmente. Todas registran emisiones de gases contaminantes a la atmósfera más allá de los máximos permitidos.

En 2006, de las 22 empresas de Granada autorizadas por el Gobierno para expulsar dióxido de carbono (CO2), seis superaron en 10.414 toneladas los umbrales previstos en la normativa. La culpa la tienen las chimeneas de Canteras de Jun SL, Cerámica La Purísima Siles SA (Jun), Cotton South SL (Fonelas), Ladrillos Suspiro del Moro (Otura) SL, Puleva Food SL (Granada) y Torraspapel Motril SA.

No obstante, aún estamos bastante lejos, por ejemplo, de las más de 220.000 toneladas de CO2 que emiten de sobra las industrias de la región de Murcia.

Vamos a peor

Pero la situación en nuestra provincia sí ha empeorado con respecto al año pasado, ya que en 2005 Granada no superó el umbral de las emisiones que tenía autorizadas –le sobraron 117.681 toneladas de CO2 sobre las que tenía derecho a emitir–. El motivo de que en 2006 se hayan rebasado los límites podría ser la incorporación de seis nuevas empresas contaminantes, de 16 a 22 fábricas.

De las actuales, la que más se ha pasado en la emisión de gases es Puleva Food SL, empresa láctea que ha superado en 3.279 toneladas los límites permitidos. Pero la mayoría de las industrias contaminantes de Granada trabajan con la pasta y el papel, la cerámica o los ladrillos y tejas.

Sin embargo, aunque no se ha excedido en sus límites, la fábrica más contaminante de nuestra provincia durante 2006 fue Cogeneración Motril SA, dedicada a la pasta y el papel. Ella sola expulsó a la atmósfera 184.330 toneladas de CO2, y aún le sobraron 11.945 toneladas.

Emisiones en venta

El Protocolo de Kioto, en vigor desde 2004, asigna a cada país un máximo de emisiones de gases que calientan el planeta –como el CO2– que puede lanzar a la atmósfera. Si una industria contamina menos de lo que establece su cuota, puede vender la diferencia a otras fábricas de su país o del extranjero que ensucien el aire más de lo permitido.