Zoido y Bellver firman la cesión de la colección a la ciudad con destino al Pabellón Real

La arquitecta Cristina Sánchez diseña la adaptación del Pabellón Real para que el Ayuntamiento la licite por tres millones
Bellver y Juan Ignacio Zoido.
Bellver y Juan Ignacio Zoido.
PEPO HERRERA
Bellver y Juan Ignacio Zoido.

El alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido (PP), y el coleccionista de arte Mariano Bellver, nacido en Bilbao (Vizcaya) pero afincado en la ciudad hispalense, han firmado este jueves el contrato gracias al cual la colección privada del primero pasa a manos del dominio público, al objeto de que sus lienzos, esculturas, y piezas de cerámica y orfebrería sean expuestos en el Pabellón Real de la Plaza de América, legado de la exposición iberoamericana de 1929.

La colección de Mariano Bellver está formada por 943 piezas de arte entre las que destacan 364 pinturas, 38 esculturas de madera, 19 esculturas de mármol, 156 piezas de cerámica y porcelana, 87 piezas de orfebrería y 105 piezas de mobiliario. La cronología de la colección comienza en el siglo XVI y llega hasta la presente centuria, aunque como es sabido, "abundan las piezas relacionadas con la temática costumbrista sevillana".

Mucho se ha publicado ya, en ese sentido, de los no pocos años que el conocido coleccionista de arte ha estado bregando con las autoridades y poderes de la ciudad, para conseguir que su colección de arte sea expuesta en un espacio acorde a la misma y pase al patrimonio público, un periodo en el que como el propio Bellver ha explicado, han mediado diversas ofertas para exponer las piezas en otra ciudad.

Protocolo en julio de 2014

En julio de 2014, recordémoslo, Juan Ignacio Zoido y Mariano Bellver firmaron ya un protocolo de intenciones al objeto de que la colección, formada por 943 lienzos, esculturas, muebles y piezas de cerámica y orfebrería, sea expuesta en el Pabellón Real, construido según el diseño del arquitecto sevillano Aníbal González entre la plaza de América y el parque de María Luisa, de estilo gótico flamígero y perteneciente al Ayuntamiento de Sevilla, que actualmente lo utiliza para el funcionamiento de unas unidades administrativas.

Ya este jueves, el alcalde y Mariano Bellver han firmado el contrato gracias al cual la colección pasa a ser al fin propiedad de la ciudad de Sevilla. "Desde hoy, todo el propiedad del Ayuntamiento. Yo ahora soy un simple depositario (de la colección) y cuando termine la adaptación del Pabellón Real como museo, se lleva todo allí", ha enfatizado Mariano Bellver, toda vez que la idea es que la colección sea visitable en el Pabellón Real antes del 5 de diciembre de 2016, cuando Bellver cumplirá 90 años de edad.

En ese sentido, el alcalde ha explicado que por encargo del Ayuntamiento, la arquitecta Cristina Sánchez, implicada en proyectos anteriores como la restauración del palacio de los Marqueses de La Algaba o la creación del Centro de la Cerámica de Triana, trabaja ya en la redacción del proyecto de actuación destinado a recuperar el Pabellón Mudejar y adaptarlo como espacio expositivo. Dada la magnitud de la colección, como ha explicado Bellver, la idea es hacerla "rotar" por la parte expositiva del pabellón, para mostrar en todo momento "un 70 u 80 por ciento" de la misma y almacenar el resto en los sótanos del edificio. "La colección irá rotando", ha dicho.

El alcalde, en ese sentido, ha explicado que el Ayuntamiento está ya actuando en las "cresterías cerámicas" del Pabellón Real y en breve espera licitar el contrato de restauración integral y adaptación, que contará con un presupuesto de unos tres millones de euros.

Años de lucha

Zoido, así, ha agradecido a Bellver "su generosidad con la ciudad y la cultura", recordando que la colección que ahora obtiene el patrimonio municipal está valorada en unos 14 millones de euros. Mariano Bellver, de su lado, ha recordado la "surrealista" y prolongada travesía de "trabas, excusas y cortapisas" que ha vivido en su empeño por donar su colección a la ciudad para su exposición en un lugar adecuado, admitiendo que en ocasiones pensó en "tirar la toalla".

Pero gracias a su "afán y desvelo" y al "ímpetu y valentía" del alcalde, al que ha agradecido la solución de la historia, la "quimera" se ha convertido al fin en realidad.

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