En una sociedad bien constituida, una persona formada debería poder escoger siempre la empresa en la que integrarse. Si eres uno de los afortunados que están en ese caso, hay algunos datos que te conviene conocer para valorar una oferta de trabajo.

Estate atento a...

La compañía: Antes de la entrevista, investiga a la empresa. Conoce sus valores, costumbres y objetivos. Estudia su publicidad y su web.

El puesto: Parece simple, pero es esencial para conocer tus responsabilidades y tu estatus en la empresa. No es lo mismo ser ingeniero que ingeniero técnico. Pregunta cuanto antes el rango de tu inmediato superior.

Labor: Tu trabajo no debe ser sólo una fuente de ingresos. Ha de constituir un reto, una oportunidad de mejorar y también de disfrutar con lo que haces. Pregúntate si existen posibilidades de ascenso en un tiempo prudente, si vas a viajar, si se suelen hacer horas extraordinarias...

Fecha de inicio: Si la empresa quiere tus servicios, se amoldará a ti dentro de lo razonable. Las exigencias en cuanto al comienzo de la labor no son buen síntoma. Hoy ese alguien eres tú, pero te podrían sustituir.

Sueldo: No te centres en la cantidad de euros que percibirás. En algunas profesiones las comisiones marcan la diferencia.

Desarrollo profesional: Es bueno saber si la empresa considera a sus empleados como una inversión a largo plazo. ¿Tiene empleados que lleven muchos años?

Entorno: Es importante que sea un ambiente limpio, sano y alegre. Un inadecuado lugar de trabajo puede tener efectos nocivos para tu salud y tu estado de ánimo.

Salario fijo + incentivos

Aparte del sueldo, entérate de qué otro tipo de incentivos ofrece la empresa en la que barajas trabajar: seguros médicos privados, ayudas para traslados, medios de transporte, reducciones en compras y servicios relacionados con la firma, e incluso facilidades para la compra de acciones. Estas compensaciones no económicas pueden ayudarte a tomar una decisión.