"Estaban cansados de esperar, sin tabaco, comida, baño y allí no bajaba nadie"

  • Se llevaron 22.900 euros.
  • Dejaron encerrados durante cinco horas a los empleados.
  • Se montón un fuerte dispositivo policial.
Sucursal en la que se cometió el atraco. EFE/J.Casares
Sucursal en la que se cometió el atraco. EFE/J.Casares
Sucursal en la que se cometió el atraco. EFE/J.Casares

El periodista Jesús María López Uribe, hermano de uno de los cuatro empleados de la sucursal bancaria de León que fueron encerrados este jueves en la cámara de seguridad cinco horas por unos atracadores que se fugaron, indicó que "estaban ya cansados de esperar, sin tabaco, sin comida, sin baño y allí no bajaba nadie".

"No viene nadie"

"Cuando estaban dentro empezaban a decir (los encerrados) no viene nadie, no viene nadie, ya les vale, no baja ni la de la limpieza", según explicó López Uribe en alusión a lo que le han comentado su hermano y otros empleados del Deutsche Bank, que estuvieron retenidos durante cinco horas en la cámara de seguridad y que al final ya "empezaban a creer que fuera ocurría algo".

El atraco se produjo el jueves a las dos de la tarde en la oficina del Deutsche Bank y los ladrones se llevaron un botín en metálico de 22.900 euros tras dejar encerrados a los cuatro empleados del banco durante más de cinco horas en la cámara de seguridad hasta ser liberados por el Grupo Especial de Operaciones (GEO), que fue entonces cuando comprobaron que allí no había atracador alguno.

"Al principio los empleados estaban marcando con la alarma que hay dentro de la cámara acorazada y por eso sabíamos que estaban dentro, pero desconocíamos si también estaban los atracadores", explicó el periodista al referirse a lo que le habían contado los encerrados.

Dos chicos normales

El suceso se fraguó a las dos de la tarde cuando "entraron dos chicos normales, sacaron dos pistolas y dijeron: esto es un atraco, todos tranquilos, dejad los móviles sobre la mesa".

"Uno de ellos (de los ladrones) empezó a dar gritos, pero uno de los empleados le tranquilizó y le comentó que harían todo lo que dijeran; los trabajadores querían estar juntos en todo momento, para que no hubiera problemas", señaló.

Después les bajaron a la cámara de seguridad, que tiene "una puerta blindada bastante gorda y cuando los atracadores se marchaban les iban a cerrar la puerta; entonces los trabajadores les dijeron: ¡oye cerrad sólo la reja, porque nos asfixiamos!".

¡Oye cerrad sólo la reja, porque nos asfixiamos!"

Los ladrones optaron por hacerles caso y cerrar únicamente la reja interior.

Después, "se marcharon tranquilamente", mientras que los trabajadores permanecieron allí abajo, en el sótano, durante cinco horas.

"Se quedaron en la cámara y dos de los empleados que tienen unos cincuenta años recordaron que habían sufrido un episodio similar hace doce años en la misma sucursal, que por entonces era Banco de Madrid y fue la de la limpieza quien les encontró", según el relato de los encerrados a López Uribe.

Cinco horas después

Después de cinco horas, cansados de esperar, "empezaron a oír gritos que decían: de dos en dos", en referencia a la entrada que hicieron los del Grupo de Operaciones Especiales, quienes "no forzaron la puerta, entraron con la llave".

En este momento, los empleados "empezaron a ver los láseres de las mirillas de los geos y les gritaron: somos nosotros los del banco", comentó.

A continuación "hablaron con la policía" y salieron de la oficina entre abrazos de algunos familiares que asustados estuvieron cerca del cordón esperando noticias de ellos.

El periodista apuntó que "aunque parezca excesivo lo que hizo la policía, fue adecuado porque en alguna ocasión ha habido muertos y, por lo tanto, allí tienen que entrar los geos", apuntó.

En la capital leonesa, no se habla de otra cosa y los comentarios jocosos en torno al lío que se montó fueron frecuentes.

Un testigo comentó que vio cómo unos policías golpeaban al cristal de la oficina en cuestión durante un buen rato una vez que saltó la alarma a partir de las 14,40 horas y que como allí no se veía nadie, comenzó todo el follón.

Ante la falta de respuesta se montó un fuerte despliegue policial, que se comenzó con la presencia de agentes de la Policía Local de León y de la Nacional, después reforzados por una unidad de intervención de Valladolid y, por último, por el Grupo de Operaciones Especiales (GEO).

Durante cinco horas la oficina permaneció sitiada, mientras que de los atracadores no había ni rastro.

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