La técnica, paso a paso

Coloca la parafina en una olla para comenzar a derretirla al baño de María, removiéndola con una cuchara de madera. Cuando la preparación esté bien líquida, procede a untar con vaselina el molde elegido.

Antes de verter la mezcla, coloca la mecha sujetando su extremo inferior a la base con un pequeño trozo de cinta adhesiva. Su grosor dependerá del tamaño de la vela. Asegúrate de que está totalmente vertical. Ata el extremo superior de la mecha a un lápiz, por ejemplo, para mantenerla. Vierte la parafina y déjala enfriar hasta que se endurezca. Puedes acelerar el proceso enfriándola en la nevera. Para sacarla, mete el molde en una olla con agua caliente para que la vela se desprenda.

Cuando esté acabada, puedes decorarla de mil formas. Es muy dúctil, puedes tallarla con un cuchillo y dejar volar tu imaginación.

Personalízala con hielo, aceite...

Si llenas el molde con cubitos de hielo antes de verter la parafina, éste se derretirá dejando espacios libres, y tendrás una vela con originales agujeros. Si, en lugar de hielo, añades trozos de parafina dura de colores, conseguirás unas velas con aspecto de mármol. También puedes derretir parafinas de varios colores e ir superponiendo capas. Tras cada capa, déjala enfriar unos minutos. El colorido y el aroma se consiguen añadiendo a la mezcla que se caliente trocitos de lápices de colores y 10 ó 12 gotas de aceite aromatizante.