Una psiquiatra defiende que el agresor del instituto debe ser reinsertado en un colegio

Tres alumnas del instituto Joan Fuster de Barcelona contemplan las velas, las flores y los mensajes de apoyo en las puertas del centro, donde el lunes un compañero mató a un profesor e hirió a cuatro personas más.
Tres alumnas del instituto Joan Fuster de Barcelona contemplan las velas, las flores y los mensajes de apoyo en las puertas del centro, donde el lunes un compañero mató a un profesor e hirió a cuatro personas más.
ELISENDA ROSANAS / ACN
Tres alumnas del instituto Joan Fuster de Barcelona contemplan las velas, las flores y los mensajes de apoyo en las puertas del centro, donde el lunes un compañero mató a un profesor e hirió a cuatro personas más.

La presidenta de la Sociedad Catalana de Psiquiatría y Psicología Clínica Infantojuvenil, Montserrat Pàmies, ha reivindicado este martes que el niño agresor del instituto de Barcelona sea "tratado y reinsertado en un colegio", y ha recordado que habitualmente los enfermos de psicosis "no son agresivos". Lo ha dicho poco después de que la consellera de Enseñanza, Irene Rigau, apuntara la posibilidad de que el menor sea ingresado en un centro de la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA), dependiente de la Generalitat, hasta que finalice la Secundaria.

El alumno de 13 años del Instituto Joan Fuster de Barcelona que el lunes mató a un profesor e hirió a otros dos docentes y a dos compañeros permanece ingresado en un hospital bajo tratamiento médico, mientras la Dirección General de Atención a la Infancia y Adolescencia (DGAIA) ultima el informe que decidirá el futuro del menor, que es inimputable y no podrá ingresar en un centro de justicia juvenil.

En declaraciones a Efe, Pàmies ha apuntado que se suele llevar a una persona al centro tutelar de menores cuando los padres no pueden hacerse cargo, y, según ella, "este no es el caso". En este sentido, ha subrayado que "se han de asegurar de que las alucinaciones desaparezcan y después normalizar su vida insertándolo de nuevo en el colegio, aunque no sea el mismo, recibiendo en todo momento apoyo de los padres, psiquiatras y psicólogos", porque ha defendido que "el menor tiene derecho a la escolaridad".

Montserrat Pàmies ha asegurado que la solución pasa por "tratarlo a través de fármacos que "anulan las alucinaciones y los delirios" del enfermo, "los síntomas principales de la psicosis", y ha aclarado que el enfermo interpreta y vive "erróneamente" la realidad y puede llegar a pensar que hay un "complot" contra él.

La experta ha comentado que, a partir de ahora, se deberá enfocar la detección precoz de la psicosis en otros síntomas de deterioro del cerebro que, "aunque son menos específicos, también están presentes", tales como el sentimiento de aislamiento, la dificultad a la hora de trabajar o los cambios de comportamiento con personas. Asimismo, ha constatado que existen otras intervenciones de carácter más psicosocial que se basan en la rehabilitación cognitiva o la reinserción de los niños en la escuela, unas intervenciones "que harán que la evolución de la psicosis sea mejor".

Caso excepcional

Pàmies también ha detallado que la psicosis comienza habitualmente alrededor de los 18 años, a pesar de que pueden darse casos de psicosis de inicio precoz (antes de los 18 años) y de psicosis de inicio muy precoz (antes de los 14 años), siendo esta última "muy atípica y excepcional", con un 0,05% de probabilidades.

En cuanto al menor responsable del suceso en el instituto Joan Fuster de Barcelona, Pàmies ha añadido que "podría haber tenido otros trastornos previos, ya que antes de la psicosis suele haber problemas de aprendizaje o de comunicación", y ha remarcado que "no tiene por qué volver a suponer un peligro para los demás".

"Tengo un sentimiento de malestar por la víctima, pero también por todas aquellas personas que tienen psicosis y que nunca serán agresivas", ha añadido. "Es extraño que haya agresividad, y si la hay es más hacia la propia persona", ha concluido la experta.

Apoyo psicológico para los alumnos

Los alumnos del instituto Joan Fuster han regresado al centro un día después de la tragedia y han hecho una cadena humana ante el edificio para evitar que los medios grabaran a los menores entrando al colegio, donde recibirán atención psicológica. Asimismo, han exhibido una pancarta con el mensaje 'Exigimos respeto' y la señal de prohibido con una cámara de fotos y de vídeo.

A las puertas del instituto se han depositado numerosas velas y flores en memoria del fallecido, con mensajes como 'En la educación no hay espacio para la violencia' y 'Basta. No a la violencia'. Miembros del equipo de psicólogos han salido fuera a acoger a los niños y a sus familias, que este martes no harán clase sino que se reunirán por aulas con sus respectivos profesores y con psicólogos.

Los profesores han llegado a las 8.00 horas para ser atendidos por el equipo de psicólogos y trabajadores sociales, que les han preparado para que puedan ser sujetos activos ante sus alumnos. Con ellos deberán trabajar lo ocurrido bajo dos premisas: elaborar un discurso recabando las vivencias de los alumnos y avisarles de que la posible sintomatología (insomnio, inapetencia), que es normal y remite con los días. También se analizarán los casos más sensibles por si necesitan posteriormente una atención posterior más personalizada.

Un padre que ha acompañado a su hijo a la escuela ha expresado a los medios a las puertas del instituto: "Quiero creer que este niño no se ha dado cuenta de lo que hacía". Ha explicado que ha venido en homenaje al profesor fallecido y ha destacado que, pese lo ocurrido, sigue confiando en que es el centro "más adecuado" para sus hijos.

Ha agradecido a la Generalitat y al Ayuntamiento que hayan puesto a su disposición a un equipo de psicólogos, "porque los niños están fuertemente afectados". "Que saquen fuera todo lo malo que deja un hecho tan dramático", ha aseverado.

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