Aunque su matrimonio no tiene validez legal, pues en Turquía no se permiten los matrimonios homosexuales, Sibel y Nazlican celebraron su boda como cualquier otra pareja, algo que levantó "mucha suspicacia" entres los vecinos de Tekirdag.
Sibel, se siente hombre
Nazlican, madre de dos hijos de sendos matrimonios heterosexuales fallidos, trabaja de camarera y cantante en el bar musical que regenta Sibel, su nueva cónyuge.
Sibel dice sentirse "un hombre" y afirma que, en cuanto pueda, se operará para cambiar de sexo.
El Fiscal de la República de Tekirdag ha abierto una investigación acerca de la unión entre Sibel y Nazlican, que considera ilegal.
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