«Latbus está haciendo lo que quiere y sin respetar nada. Al final, voy a terminar denunciando al Ayuntamiento», explica Andrés Jiménez, un vecino que quiere abrir un restaurante junto a las cocheras y no le dan permiso.
La obra de las cocheras de Latbus está paralizada tras la denuncia de acoso inmobiliario publicada por este periódico. Urbanismo expedientó a la empresa el 11 de mayo pasado porque las obras no se ajustaban a la legalidad.
Todo empezó cuando una vecina avisó a 20 minutos de que Latbus le había levantado un muro de hormigón de cinco metros de altura alrededor de su terreno porque no quiso vendérselo.
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